Patricia Vélez
En nombre de la permanente de Etxerat

Orgullo por Xanti, Tibur, Mertxe, y el resto de familiares que nos han dejado

Xanti, Tibur y Mertxe son tres de los tantos y tantos familiares que no han podido despedirse de sus hijas e hijos como hubiera correspondido.

Con el nuevo año, en tres días consecutivos, hemos conocido el fallecimiento de Xanti Iparragirre Perurena (88 años), Tibur Elezkano Barrenetxea (91) y Mertxe Romano Catalán (79), familiares, aita y amas de presos políticos vascos. Desde la comunidad de Etxerat, como familiares de presas y presos, exiliados y deportados 
vascos, queremos manifestar nuestro orgullo por haberlos conocido y nuestro agradecimiento por todo el amor compartido.

Manifestamos asimismo nuestras más sincera solidaridad y enviamos un cariñoso abrazo, desde el corazón, a Marixol Iparragirre, Iñaki Krutxaga e Iñigo Zapirain a sus respectivas celdas de Zaballa, León y El Dueso.
Desgraciadamente, el listado de presos y presas, exiliadas y deportados políticos de este pueblo continúa siendo interminable. Son ya más de cuatro décadas de castigo contra las y los represaliados políticos vascos y, por lo tanto, para sus familiares. La excepcionalidad penitenciaria aplicada desde hace más de tres décadas, el alejamiento, la dispersión, han provocado que, como tantas y tantas madres y padres, hermanos, el chantaje al que se han visto sometidos para poder mantener el vínculo familiar, les haya llevado a tener que realizar largos desplazamientos para poder estar unos pocos minutos con sus hijos.

Xanti, Tibur y Mertxe son tres de los tantos y tantos familiares que no han podido despedirse de sus hijas e hijos como hubiera correspondido, en clave humana, por razón del mantenimiento de la excepcionalidad en una lógica de venganza, el alargamiento de condenas a los presos vascos y el bloqueo que se mantiene para impedir que las y los presos vascos hagan un itinerario penitenciario que sí se permite a otros presos.

Debemos seguir empujando, como lo vamos a hacer el 8 de enero en las calles de Euskal Herria, para conseguir que todos y todos los presos sean traídos inmediatamente a Euskal Herria y que comiencen a salir en libertad como les corresponde ya a una buena parte de ellos, para poder volver a estar con los suyos, con los familiares que tanto han sufrido también y para contribuir a la resolución definitiva y la convivenca en este país. Y desde luego, les enviaremos a Xanti, Tibur y Mertxe, al igual que a todos y todas las familiares que nos han ido dejando, un beso a cada uno, para mostrales que no les olvidamos.

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