Juanjo Celorio, Maria Cruz Polaina González y Dani Trujillano
Junteros de Podemos - Ahal Dugu Alava

Otegi y la diversidad en Podemos

Ayer y hoy, la prensa se ha hecho eco de la diversidad de posiciones entre Koldo Martin, Procurador del Grupo Juntero de Álava de Podemos, y las del Secretario de Euskadi del mismo partido, Roberto Uriarte. ¿División en Podemos?

La toma de posiciones ante la movilización del próximo sábado en Donosti por la libertad de Otegi, es el detonante. Los firmantes de este artículo, junteros de Podemos Alava, queremos dejar claro desde el principio que estamos con nuestro compañero de juntas Koldo a favor de la libertad de Otegi y la movilización, desde dos líneas fundamentales. Primero, porque es una demanda central desde una perspectiva de Paz y Derechos Humanos que conforma el ADN de Podemos. Y, segundo, porque sobre esta cuestión, los y las compañeras de Podemos no nos hemos manifestado y por tanto, no es posible expresar la posición del partido, aunque lo haga su Secretario General. Manifestará su posición propia, como otros estamos manifestando la nuestra y nuestro desacuerdo con su posición, y a favor de una demanda que entendemos clave en el proceso de paz y normalización en Euskadi.

¿División, diversidad, cisma en Podemos? ¿Anomalía en el funcionamiento de un partido como Podemos? Nuestra respuesta es que frente a la visión como una anomalía, lo que estamos es ante un síntoma, y resultado, de salud democrática. Lo que refleja esta aparición pública de diferencias, lo que indica es la diversidad y pluralidad de la composición de podemos. Pero es que además es que esto no es nuevo. Y como tal refleja, más allá de la diversidad de corrientes, la diversidad lógica de una fuerza de nuevo tipo que intenta recoger, representar y dar voto a la propia diversidad de la ciudadanía. Y esto no es un problema, como determinadas comentaristas se empeñan en ofrecer, sino por el contrario es una prueba del éxito de la apuesta originaria en la emergencia de Podemos, ser expresión plural y diversa de la ciudadanía aglutinada por la voluntad de cambio y democratización política.

¿Cómo va a haber una única visión en una sociedad, donde después de 44 años, y a través de un proceso judicial externo, argentino, se intenta juzgar y sacar a la luz, una detención y tortura de un ciudadano durante ¡26 dias!, y que ha estado tapada y en silencio? ¿Quienes lo han sufrido, tendrán la misma visión que quienes lo han silenciado o contemplado a distancia? ¿Cómo puede haber unidad de miradas en una sociedad que después de 40 años, todavía no ha conseguido que se establezcan las responsabilidades políticas del asesinato de cinco trabajadores en Vitoria-Gasteiz, por estar en una Asamblea de Trabajadores? ¿Cómo puede haber unidad en una sociedad donde la tortura ha sido parte de la cotidianidad, y donde ésta se ha negado, habiendo solo por un lado gente en las cárceles con larguísimas condenas y, sin embargo, no hay nadie por el otro lado? ¿Cómo puede haber unidad de sensibilidades y apreciaciones donde uno de sus conciudadanos, Otegi, que con otros muchos y muchas ayudó a que viviéramos el fin de la actividad armada, esté encarcelado como castigo y sin reducción de penas, mientras otros lo ven como aplicación estricta de la ley? ¿Cómo va a existir unidad emocional y de visiones si por un lado y otro, hay también un reguero de personas en los cementerios? ¿Cómo no va a existir diversidad si ante un proceso de paz posible, solo una de las parte da pasos y por el otro, se intenta imponer sólo la lógica de vencedores y vencidos y castiga a una de sus militantes, la presidenta de su partido en Euskadi, por intentar abrir alguna luz de posible avances en confluencias hacia la paz?...

No, el contexto de la ciudadanía de este país es de gran diversidad, y está pendiente de normalización y paz real, aunque a una gran mayoría les une la necesidad de cambios políticos y legales que permitan revertir la situación social, pero también que permitan revertir el bloqueo del proceso de paz y normalización. O que, incluso avancen cambios que permitan dar salida democrática a las cuestiones que están detrás de muchas de las divisiones, ¿cómo resolver el problema del encaje, o no, de Euskadi en el Estado y que sólo puede tener una salida democrática, la decisión de la ciudadanía?

Si volvemos por tanto al origen del artículo, veremos que la diversidad de Podemos no es extraño verlo como un trasunto de la diversidad de la ciudadanía vasca, al tiempo que de la confluencia en una voluntad de unidad hacia y para el cambio. Por tanto ¡bienvenida la diversidad en podemos! ¡Bienvenida al tiempo en su unidad conflictiva de intentar edificar un nuevo estilo de partido para el cambio! ¡Bienvenido que lo que se exprese como voluntad colectiva salga de la consulta a sus componentes! ¡Avancemos hacia una paz real con justicia, derechos humanos y sin vencedores ni vencidos!

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