Paisajes prostituidos, Parque de Bilbao y Urdaibai
Anteayer, 20 de octubre, en los países de la Unión Europea se celebró el Día Internacional del Paisaje por acuerdo adoptado en 2017 por el Consejo de Europa, como una compartida y vinculante referencia cultural basándose en las recomendaciones ya establecidas por el Convenio Europeo del Paisaje, firmado en Firenze (Florencia) el 20 de octubre de 2000 y que entró en vigor el 1 de marzo de 2004. En el Estado español y subsidiariamente en Euskal Herria se suscribió y adopto el 1 de marzo de 2008.
Constituye el primer tratado internacional dedicado a los aspectos del paisaje de Europa, destinado a la protección, gestión, ordenación y sensibilización de los países que lo han adoptado. Conceptualmente, define que por paisaje «se entenderá cualquier parte del territorio tal como la percibe la población, cuyo carácter sea el resultado de la acción y la interacción de factores naturales y/o humanos». Se incluyen paisajes naturales, semi-naturales, rurales, periurbanos y urbanos, abarca a todo el territorio e incluye parajes de gran valor, los cotidianos e incluso los degradados.
Su adopción obliga a reconocer jurídicamente los paisajes como elemento fundamental del entorno humano, expresión de la diversidad de su patrimonio común cultural y natural y como fundamento de su identidad a definir y aplicar en materia de paisajes, políticas destinadas a la protección, gestión y ordenación. Asimismo, obliga a establecer procedimientos para la participación pública, así como a las autoridades a integrar el paisaje en los planes de ordenación territorial y urbanística y en otras que tengan un impacto directo o indirecto.
Reconociendo que estas directrices se incorporan en casi todos los niveles del urbanismo, merece considerarse su componente identitario, Europa y, en otra escala, Euskal Herria, es una suma de diversas idiosincrasias paisajísticas.
El territorio es el gran dictador de la naturaleza, ordena y manda, con su emplazamiento, orografía, y climatología, componiendo parajes que con la intervención humana caracterizarán una determinada geografía por la enorme variedad de paisajes concurrentes existentes agrícolas, forestales, geológicos, fluviales, marítimos, urbanos, industriales con componentes como lugares de memorias históricas diversas.
En estos momentos hay en nuestro país dos parajes donde sus cualidades ambientales en su consideración cultural, arquitectónica, urbanística y paisajística están, y pueden ser, agredidos irreversiblemente.
Uno, es la atrocidad que se comete actualmente con el ilegal proyecto de ampliación y reforma del Museo de Bellas Artes de Bilbao, proyecto de Norman Foster&Partners que supone una agresión gigantesca al parque por excelencia de Bilbao. Denominado de Casilda Iturrizar, constituido en su primera fase entre 1912 y 1920 con un criterio romántico de estilo inglés según proyecto del arquitecto Ricardo Bastida y el ingeniero agrónomo Juan de Eguiraun.
Para este atentado cultural que agrede además de al edificio histórico del Museo (1945), deforma el moderno (1970) y su entorno público inmediato el espacio Arriaga Leku, expoliado, destroza la silueta paisajística de un edificio y del parque Conjunto de Conservación Integral, ambos catalogados al máximo nivel y aparentemente protegidos. Para ello ha sido necesaria la intervención de cargos políticos malhechores que ostensiblemente han prevaricado. El anterior Consejero, Viceconsejero y Director de Cultura, Diputada y Directora de Cultura, Alcalde de la Villa, concejales de Planificación Urbana y de Cultura, todos de la misma ideología especuladora destructora del PNV por lo que han sido denunciados ante diversas instancias judiciales, Fiscalía de Medio Ambiente y Juzgado de Instrucción n.º 1, que han claudicado con sospechosos por sorprendentes, irracionales e infundamentados archivos de diligencias ante las presiones políticas del cartel del PNV. Motivo por el que se ha acudido al Tribunal Constitucional. El regionalista contubernio que con su atroz política desde la Transición ha estado destruyendo el patrimonio cultural, e incluso a pesar de las apariencias hasta despreciando el euskera, basta ver la composición del actual gobierno, para su estrategia económico turística que tan graves estragos sociales está causando.
El otro atentado, en grado de tentativa, es la imposición que por segunda vez pretende con una subsucursal la Solomon R. Guggenheim Foundation, una entidad privada judeonorteamericana, agredir la Reserva de la Biosfera de Urdaibai declarada por Unesco en 1984. A la que de nuevo con ansias de especulación urbanística, que es el verdadero objetivo del PNV, su imprescindible agente cómplice en el delito, además de regalar 140 millones de euros para convertir el territorio en una enorme implantación turística con urbanizaciones, hoteles, apartamentos, etc. Hay que recordar que la BBK desde el Director General hasta la Directora de Área Social sigilosamente han pervertido el sentido original de la Colonia Infantil Nuestra Señora de Begoña, declarada por Orden de 28 de marzo de 2011 como Bien Cultural, con la categoría de Conjunto Monumental, en el Inventario General del Patrimonio Cultural Vasco, como un espacio de la naturaleza, convirtiendo en 2022 el edificio polifuncional deportivo en un restaurante, en un recinto de pago y hostelero, Urdaibai Zentroa, actualmente Busturia. Decisión muy acorde con la ideología de este decadente partido tan vinculado a las cosas del comer y beber que son su imagen pública más conocida. Basta recordar Sabin Etxea, formalmente su primera percepción es el bar.
Por todo ello, era muy importante acudir a la manifestación de este sábado 19 de octubre a las 18 horas en Gernika convocada por la plataforma Guggenheim Urdaibai Stop, para paralizar este absurdo proyecto antinatural y antisocial disfrazado de cultural cuya amenazadora gestión por las administraciones, Gobierno vascongado, Diputación de Bizkaia y Ayuntamiento de Gernika, está repleto de sospechas, incongruencias con corruptas decisiones e incluso temores de rendimiento o rotundo fracaso político ya palpable en Busturialdea. Surge de nuevo, trece años después del anterior estrepitoso fallido propósito, con un nuevo ciclo político de una dictatorial amenaza de la Diputada General Elixabete Etxanobe: «el museo se hará sí o sí», euskofascismo en estado puro.