Mikel Arizaleta

Panera o el pelotazo de los salesianos

Fui de los que vi el programa televisivo «Malas compañías» de la periodista navarra Cristina Pardo. Apareció algún corrupto imputado y arrepentido, hasta entonces sin rostro para muchos, explicando el engranaje corrupto y general del PP y su participación, la mordida porcentual en enjuagues, grandes obras y privatizaciones de servicios públicos, la crecida y desborde salarial del mes… El enriquecimiento de pocos a costa del empobrecimiento de muchos, que es la forma más usual de acumulación. Y la corrupción, virus que parasita en algunos partidos como lugar propicio. ¿Raro, extraño? Hoy el PNV va a aprobar los presupuestos estatales del PP con sus votos, y no lejos del Ayuntamiento de Bilbao llevan reivindicando Josu Balmaseda, Isa García Durán y Alberto Díez Santa Coloma con 19 días de huelga de hambre en contra de los recortes del Gobierno Vasco en la Renta de Garantía de Ingresos.

Y pensé en Panera de Bilbo y en el PNV y el PSOE de su ayuntamiento, que gobiernan. Ana Iraizoz Lazkoz escribía en su artículo "El pelotazo de salesianos” en Iruña que «UPN y PSN cambiaron todas las normas habidas y por haber para recalificar el solar de Aralar (14.000 metros cuadrados) con el fin de hacer viviendas de lujo e involucraron a Vinsa para mediar (adelantar los dineros) en el traslado del centro a Sarriguren calculando de paso nueve millones para el bolsillo de la Administración. Y además decidieron hacer 400, y no 300 o 200 viviendas, porque había que pagar con ellas (de ahí la futura subasta del solar al mejor postor) los 47 millones que cuesta el nuevo macrocentro».

Panera tenía en Bilbao una finca amplia y grande de 25.842 metros cuadrados y negoció con el Ayuntamiento ya en los años 50 licencia de edificación para la construcción de viviendas. Pero el Ministerio de Obras Públicas planeó una autovía de acceso a Bilbao por Begoña y La Salve y mandó al Ayuntamiento expropiar terrenos para su trazado. Fueron 5000 los ocupados a Panera en su finca. Y todas las fincas, pagado lo «acordado» en la expropiación forzosa, fueron registradas a nombre del Ayuntamiento menos los 5000 metros cuadrados de Panera, que a pesar de pasar por ellos una autovía y ser, por tanto, propiedad pública siguió registrada hasta hace poco a nombre de Panera y hoy, tras su venta, a nombre de Amenábar. ¿Por qué no registró el Ayuntamiento a su nombre estos 5000 metros cuadrados de Panera en los años 60, ya antes de construirse la autovía denominada Solución Sur? Es una pregunta, que entraña extrañeza y cobija gruesa sospecha. ¿Y por qué siguen en el 2017 sin registrarse a nombre del ayuntamiento esos 5000 metros cuadrados? Es otra pregunta, y ésta, sin duda, huele a mordida y a tanto % importante, no a ignorancia o a un «no sabía» del PNV y del PSOE del Ayuntamiento de Bilbao.

Panera ha utilizado todos los metros cuadrados de su extensa finca en la construcción de viviendas, también los 5000 metros cuadrados ocupados por la autovía. Panera es un experto en la traslación de fincas, cambio de lindes y de ubicaciones. Un prestidigitador consentido y comprador de esto quito de aquí y lo pongo allá. Y ha ocurrido que ha construido ya 69.237 metros cúbicos más de lo debido según la volumetría autorizada en el plan general. Todos los informes obrantes en los expedientes municipales realizados por los técnicos municipales, absolutamente todos, coinciden en que Panera ha agotado el volumen edificatorio. Y como hemos señalado, no sólo ha agotado sino que ha construido 69.237 metros cúbicos de más.

¿Y? Que como en el 2017 los 5000 metros cuadrados ocupados por la autopista siguen registrados a su nombre dice que el ayuntamiento le tiene que pagar 18 millones de euros por ese terreno (que aunque registrado a nombre de Panera es del Ayuntamiento). Y el Ayuntamiento en lugar de registrarlo a su nombre, defender el patrimonio público, que es lo que debe hacer por exigencia de la ley 33-2003 del patrimonio de las administraciones públicas, a pesar de haber agotado el volumen edificatorio de acuerdo con todos los informes técnicos de sus funcionarios y a pesar de haber construido 69.237 metros cúbicos de más y, por tanto, multarle y sancionarle por el exceso construido, con los votos del PNV y el PSOE ha decidido pagarle en especie, es decir otorgarle derechos edificatorios, concretamente un bloque de 20 alturas.

¿Qué cómo se explica? No por ignorancia, ellos han conocido los datos y argumentos en contra, se han debatido en plenos municipales. Son conscientes de lo que hacen. ¿Incapacidad? El concejal Mikel Álvarez, entonces del PNV y mano derecha del alcalde Juan Mari Aburto y hoy incorporado a la empresa privada dentro del grupo Mondragón, nos espetó en una reunión del 3 de noviembre del 2015 tratando el tema «a qué se debía nuestro afán en la defensa del bien común». Lo extraño más bien era que él, como edil, defendiera el interés privado mancillando el público. Pero su pregunta es un buen resumen de su mentalidad y el quehacer de su partido en el Ayuntamiento de Bilbo. Las argumentaciones en plenos, recogidas en actas municipales, dan cuenta de este hecho: dos partidos, PNV, PSOE, en el Ayuntamiento de Bilbao en contra de toda racionalidad, y con grave perjuicio y detrimento de los intereses públicos, defendiendo los intereses privados de un constructor, el Sr. Panera.

Las actas están ahí y también las argumentaciones de cada cual, y ciertamente las de Asier Abaunza (PNV) y Alfonso Gil (PSOE), voz e interés de ambos partidos, destacan por su incoherencia y falsedad.

Y si analizan los motivos, la mordida es el único que se mantiene en pie.

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