Iulen Lizaso

Políticas preventivas

El investigador y catedrático en Bioquímica y Biología Molecular vinculado a la Universidad de Oviedo actualmente residente en París Carlos López-Otín, tras sus más de 40 años dedicado a la investigación y la docencia, es uno de los científicos españoles más reputados en el mundo y según destaca el artículo de la entrevista: "Uno de los principales exponentes del humanismo científico".

Nos hace saber que en su doble actividad profesional, siempre ha hecho prevalecer aplicarse en la máxima de Orwell: «Lo importante no es tanto mantenerte vivo sino mantenerse humano». A la pregunta: ¿Deberían los científicos liderar el debate público sobre temas como el cambio climático, la salud pública o la tecnología? contesta: «Esa responsabilidad existe pero la crispación social actual hace que los debates públicos o en redes sociales sobre temas complejos y carentes de respuestas únicas se conviertan en una actividad ruidosa y poco gratificante para los científicos que reciben insultos o amenazas solo por el hecho de expresar sus opiniones».

Más bien pienso que ese «ruido» social deviene principalmente de que, al ser «temas complejos carentes de respuestas únicas» como reconoce López-Otín, para un público plural, informado y exigente como mínimo con los medios públicos, lo lógico es que para el relato y el debate, se diera la misma voz y «púlpito» a esos científicos discrepantes con el relato oficial y no se da. Esta sí pudiera ser la verdadera razón de esa crispación social que comenta.

¿Cómo podemos asegurarnos de que las innovaciones científicas estén al servicio de toda la humanidad y no solo de unos pocos? le preguntan. Aquí se puede desdoblar la pregunta en ¿cómo podemos saberlo? o ¿cómo podemos hacer que así sea? Partiendo de que la mayor parte de las investigaciones científicas tiene su base en universidades subvencionadas con fondos públicos, de corporaciones empresariales y de filántropos privados, debería ser que el resultado de esas investigaciones a la hora de ser llevadas a la comunidad civil redundarán en beneficio de toda la humanidad... y en realidad no es así.

Sabiendo que el principal indicador de progreso para toda la humanidades es el cierre de la brecha socioeconómica, y de otra parte también sabiendo que en la historia moderna, nunca antes se había alcanzado la cifra de que el 1% de la humanidad dispone de la misma riqueza que el 95%, tan solo este dato «mata» el relato de cualquier otra respuesta en clave humanista y hasta espiritual.

La respuesta de López-Otín fue: «Invirtiendo en educación. Esa es la mejor manera de que, en cuestiones complejas e importantes sobre la salud y la vida no sean otros los que tomen las decisiones en lugar de nosotros». Tristemente es así, porque quien decide invertir o no en educación y quien toma decisiones en cuestiones técnicas complejas e importantes en temas complicados son los mismos, a veces siguiendo directrices mercantiles más que científicas. Así nos encontramos con que la investigación científica principalmente en el ámbito de la salud no tiene el alcance que debiera pues la orientación profesional se da más a favor de seguir protocolos para tratar la enfermedad con medicación que mantener la salud y prevenirla sin medicación y un trato más cálido y humano.

El segundo supuesto: ¿Cómo podemos hacer que así sea? Educándose ellos; y la mejor manera de hacerlo es desmercantilizando todas las áreas públicas y así evitar el conflicto de intereses público-privado, las puertas giratorias, el intercambio hacia mutuas, aseguradoras y demás corporaciones privadas.

A la pregunta «¿qué papel juegan la curiosidad y la creatividad en la ciencia cuando se busca la innovación con propósito?», tras hacer un repaso de varias enfermedades actuales y en progresión como cáncer, muerte súbita, ictus, autismo etc. responde: «En nuestro laboratorio hemos descubierto y puesto nombre a más de 60 nuevos genes humanos, y analizado sus funciones en procesos normales y patológicos».

Posterior a colaborar durante tres años en la campaña de EPI-Osakidetza para investigación sobre cáncer de colon, he enlazado como voluntario para pruebas y estudios en la campaña CitaAlzehimer. En la tercera cita que acudí al centro en Miramón para entrevista con la neuróloga, respondiendo al test del estudio de probabilidades para estar o no a las puertas de contraer esa enfermedad, percibí el limitado alcance de los factores de riesgo que contempla la Sanidad Pública siendo todos ellos de componente endógeno sabidos desde hace años.

Lo traigo a colación en razón a que de la respuesta del científico deduzco lo propio cuando refiriéndose a los últimos descubrimientos que le reafirman las causas del trastorno de espectro autista (TEA) o autismo: «los nuevos genes causantes del autismo», es decir a causas endógenas, cuando desde otra línea científica aseguran que ningún niño nace con autismo y este aparece a los 2 o 3 años entre niños medicados y nunca entre no medicados.

Tras el test con la neuróloga, le mostré mi falta de motivación para continuar en razón a que lo veía incompleto y me suponía un choque con la información que tenía sobre otros factores presuntamente causantes de alzheimer lo mismo que de autismo y todos ellos de componente exógeno que pasan a nuestro torrente sanguíneo a través del intestino por los alimentos y el agua, la respiración y la piel. Las receptoras últimas son nuestras células y neuronas (muy sensibles a la influencia de las nuevas tecnologías inalámbricas). Caso aparte el hacer del fluoruro (contenido en el agua de boca, pasta dentífrica, chicles y demás), en la glándula pineal hasta provocar su calcificación según investigaciones publicadas en medios igual de fiables, de la rama científica paralela o alternativa estudiosa de enfermedades medioambientales.

El científico López-Otín, sí, pero en general tampoco la sanidad oficial considera en su grado, los factores recombinados exógeno-endógeno como causantes de muchas enfermedades de origen psicosomático, cuando a la pregunta: ¿Ha influido el humanismo en su enfoque científico? contesta: «Cada adversidad es una lección de humanidad, y la solidaridad frente a ellas representa una de las cumbres del bienestar emocional. Además, practicar estas actitudes puede ayudar a mejorar la salud y por ende, la longevidad saludable». Coincidente con lo que contempla esa parte de la medicina de las emociones (germánica, integrativa, regenerativa, etc).como base de salud o pérdida de la misma.

La salud es fuente de vida y bienestar y la alimentación es fuente de salud. Un binomio demasiado importante para que todo el peso y responsabilidad de sus decisiones recaiga en manos de quienes mezclan y hasta invierten intereses tantas veces alejados del bien general y del control que garantizaría nuestra seguridad desde una asistencia de calidad hoy más en entredicho que nunca.

Una parte importante de la medicina preventiva a diferencia de la prevención de la salud, se basa en dispensar medicamentos a personas sanas, incluso algunos pretendidamente obligatorios. Semejante a aquella religiosidad de práctica obligatoria que nos prevenía del infierno al morir y castigaba en vida.

La prevención de la salud debe ser el pilar ético-pedagógico de toda sociedad de progreso, tanto por economía social como por cultura existencial. Sobra decir que el minuto cero está en la gestación, el alumbramiento y la crianza.

Pocas dudas de que hoy un gran factor de fracaso civilizatorio de Occidente deriva de este déficit de atención a nuestros primeros momentos de la vida y esto tiene que ver con la falta de prevención de la salud integral. Factores de fracaso en la segunda etapa: los sistemas educativos con exceso de materias innecesarias de formación para la vida y déficit en cultura dietética saludable, que desmotivan a los adolescentes hasta la apatía, abandono escolar temprano cuando no al suicidio por falta de prevención y cuidado de la salud educativa.

En la etapa hasta el final de la vida, el eterno incumplimiento del artículo 47 de la Constitución hoy parcheado por una estéril ley de la Vivienda provocando un gran quebranto social tanto por parte del gobierno central como autonómico vasco a la vista del fracaso resolutorio de los programas Bizigune y ASAP. La dificultad de acceso a la vivienda, la pérdida de poder adquisitivo por el engaño de la bajada del IVA en alimentos básicos, la Ley de la cadena alimentaria que no llega; el engaño en la bajada de la inflación encubierta por bajada de peso (reduflación) con el silencio de Consumo para alivio de la patronal. El problema que parece que ha venido para quedarse es la progresiva falta de seguridad ciudadana en nuestras ciudades paralelo a la presencia de inmigrantes con otra forma de entender el respeto a lo ajeno y la integridad física de las personas.

Todo deviene de una falta de previsión y de sanción por incumplimientos; una falta de autoexigencia, honradez y madurez en la salud democrática por parte de todos los partidos políticos, en una España «parcheada» por la subvención y favor político a la patronal y económico a los sindicatos, por lo cual le sitúa a la cabeza de la UE en corrupción, aforamientos, obesidad institucional y falta de transparencia, con la colaboración necesaria de medios bien subvencionados.

Lo que hay y está a la vista no funciona y en consecuencia no nos sirve. Lo que también hay y nos serviría, es pasto de la censura y el bozal de unos medios de comunicación más dados al tapiado y manipulación informativa que a la formación de ciudadanos críticos, creativos y motivados al sentirse útiles por la consideración a sus propuestas de progreso Qué falta de conciencia al censurar una y otra vez al disidente por parte de directores de los medios de prensa que los supongo motivados cuando sus hijos en la mesa discrepen libremente con ellos. Cuanta mediocridad profesional, servilismo elitista... y pequeñez moral.


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