Jokin Revilla
Pensionista afiliado a LAB

Primero de mayo. No hay que relajarse

Yo bien creo que el machismo y el racismo que tenemos nos lo tenemos que raspar diariamente con un cristal o con un cuchillo hasta sangrar

Reconozco que me había relajado. La lucha ejemplar en La Huerta de Peralta, la afiliación de personas migrantes, un número especial sobre emigración en Ipar Hegoa y otros muchos síntomas positivos hicieron que me relajara. Fui confiado a la manifestación de LAB del primero de Mayo. Escuché atento a la Secretaria General de LAB Garbiñe Aránburu, y llegó la decepción. Un discurso bien construido, con referencias importantes, al feminismo, a las luchas obreras, con alusión a presas, a los cuidados y a la jornada de lucha para el 29 de mayo… Lo que dijo, muy bien, pero ni una palabra de las personas refugiadas y migrantes. Ni una palabra de por qué existen y cuales son las  condiciones en el segmento más explotado del movimiento obrero y clases populares. De las miles y miles de personas sin papeles, en trabajo desregularizado, sin contratos, sin nóminas, sin Seguridad Social, sin padrón, sin techo…ni una palabra.

¿Esto es por casualidad? ¿Es un simple olvido? ¿Todas somos conscientes de los efectos mortales diarios de la asesina Ley de Extranjería? ¿Estamos vacunadas contra el racismo institucional, policial y personal? Yo bien creo que el machismo y el racismo que tenemos nos lo tenemos que raspar diariamente con un cristal o con un cuchillo hasta sangrar. Si, lo respiramos y nos alimentamos tanto diariamente de esta ponzoña que el remedio tiene que ser radical y diario. No vale con intentar no ser racistas, tenemos que ser antirracistas.

¿Y que decir de los motivos para que más de 70 millones de personas se vean obligadas a migrar? Eso hoy día, pero dentro de unos 20 años serán 150 millones de personas obligadas a emigrar por los mismos motivos de siempre: guerras creadas por Occidente en esos países, con armas fabricadas en Occidente, también fabricadas aquí, como las que se venden a Yemen. Con expolio de minerales de todo tipo de esos países, con gobiernos títeres impuestos por los mismos países colonialistas de siempre, que siguen explotando y condicionando toda la política en sus colonias. Con la esquilmación de la pesca que hace que miles y miles de familia se hayan quedado sin medios de vida. Con el cambio climático, que esos países no causan, pero sufren ya sus terribles consecuencias como desertización, falta de agua potable, venta de sus tierras por los gobiernos corruptos a las empresas transnacionales…

Y todo esto después de una colonización que aniquiló civilizaciones y culturas, y una esclavitud que secuestro en África y vendió a muchos millones de personas para trabajar en haciendas de los blancos, donde les trataron peor que a los animales, ya que decían que «o tenían alma ni eran personas, solo valían para ser esclavos», por tanto eran dueños de sus vida y se la quitaban cuando les venía en gana. ¿Esto cómo se resarce, como se paga, como se compensa? Al parecer, por lo que vemos hoy, con nuevas esclavitudes más disimuladas, como la Ley de Extranjería, regulación sólo y temporalmente de las personas que se necesiten en cada circunstancia, dejando que el racismo campe a sus anchas, echándoles las culpas de todos los males. A quienes padecemos la crisis capitalista nos resulta mucho más fácil escupir hacia abajo, a quienes están peor, que escupir y luchar contra los de arriba, verdaderos causantes de todos nuestros males. Claro tenemos miedo de que el escupitajo tirado hacia arriba nos caiga en los ojos. Hacía abajo no fallamos, siempre hay una persona racializada, pobre, excluida que vive en la calle que lo recibe y nos creemos superiores culpándoles de todo.

Y en un 1º de Mayo, ¿no hay nada que decir de todo esto? Las personas refugiadas y migrantes, que han decidido vivir aquí, ¿no son clase obrera, aunque no tengan papeles, aunque curren sin contrato, aunque estén internas y no les empadronen, aunque una familia alquile y se meta en una habitación pagando más para tener padrón…? ¿Estas personas qué son? ¿Vale con que les cantemos el eslogan de: «todas las personas que vivimos en Hego Euskal Herria somos vascas y tenemos los mismos derechos»? ¿Esto en el día a día como lo viven y como lo sienten las personas excluidas, todas las personas pobres, las personas refugiadas, migrantes, todas las que sufren el racismo de todo tipo, también el anti-gitanismo?

¿Todas estas personas no cuentan para construir diariamente esa nueva Euskal Herria que decimos querer? ¿De verdad vamos a lograr una Euskal Herria feminista, eco-socialista, diversa y justa sin contar, en plano de igualdad, con todas estas personas? ¿Esa Euskal Herria no va a garantizar que todas las personas que vivamos aquí tengamos los recursos suficientes para desarrollarnos dignamente en todas las facetas de nuestra vida? ¿Qué queremos decir con «las personas en el centro», con «que nadie se quede atrás»?

Un amigo dice algo que, se puede decir más alto, pero no más claro. «No va a haber un proyecto de emancipación nacional y social de Euskal Herria si las comunidades migrantes de nuestro país no están junto a todas nosotras en la sala de máquinas y en la cabina de mando de nuestro proceso emancipador».

¡Qué trabajo nos queda por delante!

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