Pro libertate patria gens libera state
Sí, el lema de los infanzones de Obanos. Hito histórico de Nafarroa, verdadera referencia para todos aquellos que entendemos a esta tierra como un sujeto de derecho político. Lema de todos los que creemos que Nafarroa no es «foral y española» y que asumimos como propio. «Por la libertad de la Patria, gente libre en pie».
Todos lo repetimos, lo asumimos, lo acogemos en nuestro subconsciente identitario, pero no caemos en que… está escrito en latín. No creo, sinceramente, que en Miluze o en el propio Obanos se diese debate alguno en referencia a si el lema de las Juntas debería ser en euskara o en latín. Todos sabían que para hacerse entender en el extranjero (los reinos de Castilla, Aragón o Francia, por ejemplo) era necesario comunicar sus ideas a través de un «sistema de comunicación masivo» como era la lengua latina en aquella época. Nadie duda ya que todos debían ser vascoparlantes, y nadie duda tampoco que los navarros que hoy día que seguimos viendo a Nafarroa como algo más que una mera provincia foral, usamos este término en latín como elemento referencial.
Y con ese lema algunos representantes de esta tierra han ido a las Cortes Generales españolas. Con ese lema y la idea de defender la identidad histórica y el autogobierno de Navarra han estado allí diputados y senadores desde época de Manuel Aranzadi y Manuel Irujo. En realidad, soy de los que opina que todos los elegidos que van para Madrid representan a Navarra, la cuestión está en cuál es la Navarra en la que ellos creen. Desde hace décadas la representación de Navarra ante el Estado ha sido mayoritariamente la de los que niegan la conquista de 1512 y asumen que Navarra fue «felizmente anexionada» a la Arcadia Feliz que era Castilla en aquella época. Son los defensores de una foralidad que solo entienden como vía para su propio beneficio. En realidad, y así debe asumirse por el momento, nuestra foralidad no son sino las migajas que al vencedor le sirvieron para crear una élite con la que dominar desde dentro a esta tierra.
Tras lo sucedido en las elecciones del año pasado dichas élites han perdido el poder dentro de Navarra y ahora tenemos la oportunidad de conseguir que pierda la representatividad en Madrid. El golpe sería durísimo para los que siempre se han autoconcedido el derecho, cuasi divino para ellos, de representar a l@s navarr@s. Por eso en esta ocasión el voto al Congreso y al Senado debe ir concentrado en una candidatura. Porque dispersarlo solo beneficiaría a UPN-PP entregándoles unos senadores que la mayoría social no quiere que tengan. El romper una Constitución española tiene tanto de simbólico como de inútil. Podemos rasgarla mil y una veces y solo conseguiremos las caras de sorpresa y enojo de los diputados o senadores estatales, porque al día siguiente se editarán miles ejemplares más.
Hay que tener las cosas muy claras. Para conseguir algo hay que cambiar desde dentro la Constitución. Hay que introducir en ella reformas sociales, de igualdad, económicas, culturales, laborales y tantas otras; pero también nuevas revoluciones circunscritas al autogobierno y, sobre todo, al derecho a decidir de las naciones sin Estado. Y todo eso solamente puede hacerse desde una alternativa que cuente con una mayoría fuerte en Madrid.
Con sinceridad, con estas palabras lo que pido a la gente es una profunda reflexión sobre qué necesitamos tener en Madrid: La vieja política de confrontación o una forma de conseguir para Nafarroa un nuevo modelo político, que sea decidido por todos los navarros y navarras. Con ese propósito pretendo ir a Madrid, a mostrar que esa Navarra que inició un cambio histórico en 2015 quiere dar un nuevo paso en 2016. «Pro libertate Patria, gens libera state», ese es mi compromiso y si así no lo hiciere que l@s navarr@s me lo demanden.