Beñi Agirre
Escritor e historiador (Hernani)

Quiero romper una lanza

Según la RAE del castellano, romper una lanza quiere decir «salir en defensa de alguien o algo». Con el tema del derribo del Monumento a Los Caídos de Pamplona que construyeron los victimarios (persona que causa la muerte de otra o la convierte en su víctima) quiero salir en defensa de algo. Tras organizar un golpe de Estado contra la II. República Española, ganar la guerra y sobre la sangre de las victimas construir un horroroso, mejor, «terrorífico monumento» para que las víctimas recordaran quienes eran los vencedores y que tenían todo el derecho de celebrar la imposición de la dictadura fascista española en el país de los vasconavarros (euskalnafarrak en adelante).

Y me atrevo en este escrito a hacerlo en castellano y muy a pesar mío, según la RAE: sin importar el inconveniente de algo. Como bien saben los que me conocen no sólo me considero, sino que soy militante en la recuperación y la implantación de nuestra lingua navarrorum en todo el territorio nacional, actual e histórico. También soy militante incansable por la recuperación de nuestra historia, del relato que tiene como sujeto a los euskalnafarrak y su país: euskalnafar herria. Soy militante en todo lo que supone la subyugación de cualquier régimen que pretenda imponer sus nacionalismos franco-españoles pretendiendo que pueden hacerlo por el «derecho de conquista». Por el contrario, los mm1, monomilitantes de una sola causa se permiten subordinar su sentido de solidaridad concentrada en una sola o fundamentalmente en un solo espacio reivindicativo. Por dejarlo claro, soy partidario del derrumbe del susodicho Monumento a Los Caídos en Iruña, pero no ahora.

Porque, nosotros, euskalnafarrok, tenemos una sobrecarga y saturación en nuestra militancia. Se nos pide, exige, para ser buenos militantes serlo en todo. Es decir, ser MMs. Quiero decir, MultiMilitantes, aunque esto no está en la RAE. Sin embargo, los mm1, monomilitantes de una sola causa, pueden permitirse ir «a lo suyo» por una sola sin tener en cuenta las consecuencias que su legítima y compartida reivindicación y el no acompañamiento por otras, pueda tener consecuencias lamentables en todas las demás, incluida la suya.

Hubo una legislatura, hace tiempo, en la que la izquierda de este país consiguió en unas elecciones, además de muchas alcaldías, el Gobierno de la Diputación de Gipuzkoa y su capital Donostia. Fueron cuatro años de una pelea mediática, pelea compartida, por el tratamiento de las basuras y la oposición a construir una incineradora. Así el tema se convirtió en una mm1. Al cabo de cuatro años, la izquierda del país perdía gobierno y alcaldía. La incineradora se construyó y como mínimo, se retrasó el proyecto de una MM que pretendía un cambio político y social. Creo que fue un fracaso político, no medioambiental.

Me refiero a que tener una visión más global sobre lo que son los objetivos finales a conseguir y a que el valor de otras experiencias sirva para conseguir de forma general unos resultados no efímeros, sino que sirvan realmente a la trasformación social que se persigue. Posiblemente el edificio del terror caerá, bien sea por derribo o por falta de mantenimiento, las dos me valen.

También quiero romper una lanza por alguien. Por Joseba Asiron, alcalde de Iruñea, al que conozco personalmente y considero que además de buena persona es un buen alcalde MM. Es hasta posible que él esté equivocado, solo quizás, pero si ha firmado algo, seguro que es con sentido de país. Podemos estar de acuerdo o no, pero poner en juego un proyecto de país por una cuestión de crematorio, sí, para eso se construyó el palacio del terror en nuestro país euskalnafarra, es como mínimo, muy frívolo.


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