Bego Yebra, María Cereceda, Loreto Larumbe, Olga Barrio, Jon Bilbao y Enrique Rodal
Representantes de Independientes-ESK de Radio Euskadi

RadiOFF Euskadi

No hacían falta grandes dotes de adivinación para saber qué iba a pasar en Eusko Irratia tras la aprobación de una convocatoria pública de empleo tramposa que escondía un ERE para decenas de trabajadores y trabajadoras de las radios públicas.

Dijimos hace 22 meses que se avecinaba un naufragio y en él estamos. La intención es despedir a 79 personas, contratar a otras 46 y por lo tanto perder alrededor de 30 puestos. Una operación que comenzó en junio de 2015 y que ha supuesto la salida de 30 personas de Radio Euskadi y la entrada de 16. En cualquier oficina, ikastola o empresa puede entenderse qué supone que falten tantos trabajadores cuando las horas de emisión siguen siendo las mismas e idéntica también la exigencia.

Las voces son las que suman personalidades a la radio. Y muchas de las que rezumaban oficio y conocimiento del oyente y del medio se han perdido. Se ha despedido a periodistas con más de 10 años de experiencia diciéndoles que ahora no valen. Y, casualmente, la audiencia empieza a bajar.

Se defendió una CPE para fomentar la contratación transparente. Pero, en realidad, se atacó a un grupo de empleados que, en su mayoría y tras ser utilizados como falsos autónomos, fueron regularizados por una inspección de Trabajo. La Dirección de Eitb consideró que ellos eran los culpables de «haberse contratado» a sí mismos (entiéndase la ironía). En vez de pedir responsabilidades, quienes les precedieron decidieron que eran los trabajadores los que debían pagar. Y lo decidió la dirección, que se entiende quisiera tapar a los anteriores dirigentes, pero es incomprensible la actitud y el apoyo de LAB y EH Bildu a la Dirección en esto. Culparon a los trabajadores y los condenaron al despido sin preguntarles nada, sin interesarse por su situación. Ahora parece que en Bildu, en privado, se lamentan, pero no están dispuestos a decir nada en público. Corramos un tupido velo y que nadie nos recuerde esta mancha.

La Dirección de Eitb, PNV, Bildu y LAB defendieron una Convocatoria Pública de Empleo en la que primara el mérito, la igualdad y la capacidad, pero eso no es del todo cierto: no consigue plaza el que más puntuación tiene. De hecho, con su sistema de selección, una persona con 70 puntos está mejor posicionada que alguien que tiene 130. El criterio es primero los bilingües y luego los monolingües. No parece muy lógico que periodistas que han trabajado durante años en un idioma, ya sea euskara o castellano, de la noche a la mañana tengan que acreditar el máximo nivel (C1+ en euskara) y fluidez en los dos. Esto ha supuesto que periodistas con años de experiencia en castellano pasen a trabajar de repente en euskara y que otros, con años de trabajo en euskara,  pasen a trabajar de repente solo en castellano. ¡Qué desubicación para todo el mundo!

Se defendió esta CPE para garantizar y normalizar el euskara en Eusko Irratia, pero se planteó prescindiendo del corrector lingüístico en euskara, de euskaldunes y de los llamados euskaldunberriak, esos a los que Gobierno Vasco homenajeó el pasado 1 de diciembre. Les dio las gracias por su esfuerzo, por aprender superando dificultades sociolingüísticas. En este caso, eso no les ha servido de nada. Incluso fueron ridiculizados en sede parlamentaria por LAB, que fue capaz de decir que los compañeros que iban a ser despedidos no habían aprendido euskara porque no les había dado la gana. Y eso no es verdad. Además, se ha pedido durante años un Plan de Euskaldunización que, a día de hoy y después de todos los discursos políticamente correctos, sigue brillando por su ausencia.

En una radio en castellano como Radio Euskadi, el contenido en euskara le sigue llegando al oyente como antes de esa CPE: si un interlocutor habla en euskara se escucha el corte de voz en euskara, no se dobla al castellano; las relaciones con los invitados se establecen muchas veces en euskara; los creadores que crean en euskara tienen la misma presencia, se escucha música en euskara, etc.

Se defendió la creación de una bolsa de trabajo a partir de esa CPE, una bolsa que, en la actualidad, es ingobernable, algo que reconoce la propia dirección, aunque habla de «gestión complicada». Una bolsa llena de errores desde el principio, con varios casos de trabajadores que no aparecían en la lista, otros que aparecían incluso hasta 20 puestos por debajo de lo que les correspondía.

Y lo peor de todo es que el naufragio todavía está en marcha y esta dirección parece empeñada en empujar hasta el fondo el barco y a quienes van en él. Aunque genere perjuicio a la radio, a la economía del medio y genere dolor. Entre junio y setiembre llegan más despidos justificados en la situación económica y en la necesidad de recortar en personal. Pero Eitb acaba de firmar un contrato programa con el Gobierno Vasco que supone 115,7 millones de euros para 2016, 116,7 para 2017, 119,1 para 2018 y 121,6 para 2019. Y además Eitb ha anunciado en el Parlamento que el número de trabajadores en Euskal Irrati Telebista no solo no ha bajado, sino que ha aumentado en 26 personas. Una buena noticia para el empleo. Pero no se puede culpar a las radios de provocar un desajuste de personal en Eitb y poner en marcha esta maquinaria de destrucción de puestos de trabajo a costa de las radios de Eusko Irratia.

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