Que los efectos del amianto en la salud pueden llegar a ser nefastos es algo ampliamente contrastado y que se va conociendo de manera cada vez más profunda, entre otros motivos por el trabajo de asociaciones como ANANAR o ADAVAN y del Instituto Navarro de Salud Pública y Laboral. Hace un par de semanas, por ejemplo, trascendía que en Araba 5 personas han perdido la vida en lo que va de año por exposición a este material. Un auténtico drama del que vamos teniendo cada vez más conocimiento y más datos.

Ahora bien, ¿cuántos kilos de uralita? ¿Cuántos de esos metros de tuberías? ¿Cuántos elementos de construcción elaborados a partir del amianto se encuentran en los edificios propiedad del Ayuntamiento de Pamplona? No lo sabemos. Nadie lo sabe. El Ayuntamiento es propietario de decenas de locales y edificios para los que no existe registro conocido que nos indique si el amianto está presente en su estructura. Que seguro que sí, por lo que nos dicen la experiencia y la estadística.

La forma de manipular estos elementos a la hora de retirarlos está recogida por decreto y debe hacerse en nuestro caso bajo la supervisión del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales. En este sentido, cabe indicar que la presencia de materiales con amianto no implica necesariamente riesgo, ya que solo su inadecuada manipulación, degradación y consecuente dispersión de fibras puede generarlo. Pero es que los expertos en la materia lanzan una advertencia: Este tipo de material se utilizó principalmente desde los años 60, por lo que su degradación ya es un hecho y es urgente retirar el amianto existente en los municipios.

En el Ayuntamiento de Iruñea, el objetivo final debiera ser elaborar un plan de retirada del amianto, pero el primer paso es conocer la situación real. Por ello, consideramos urgente detectar dónde se encuentra el amianto y en qué condiciones está. Porque efectivamente se degrada, y con el paso de los años, esos tejados, esas tuberías, pueden presentar defectos estructurales que no hemos visto y desconocemos. Cabe recordar que el conjunto de los edificios municipales no es demasiado moderno, precisamente.

En Navarra se ha desarrollado un Plan Director del Amianto que además es pionero en el Estado. Ese es un plan de acción de 12 años. La lucha no va a ser corta, efectivamente, dada la presencia habitual de este material en nuestro día a día. Hay trabajo ya realizado sobre un mapa del amianto, que nos dice que hay unos 35.000 recintos con tejado de fibrocemento. Creemos necesario y urgente dar pasos como Ayuntamiento de Pamplona, pero darlos de manera coordinada con el INSPL, que es quien ha coordinado el Plan, y englobando toda la acción dentro de lo que dice ese Plan Director, que es muy avanzado.

De ahí que recientemente hayamos trasladado una propuesta a la Comisión de Presidencia, para realizar de manera inminente un estudio que detecte la presencia de amianto en edificios municipales, en coordinación con el INSPL y priorizando en el mismo los que se utilicen intensamente por infancia y juventud.

El Plan del GN dice: Podemos calcular que en 2020 habrá superado su vida útil el 65% de los materiales de fibrocemento producidos e instalados hasta 1980. Para el año 2030 habrán rebasado este criterio el 87% y lo hará el 100% para el año 2040. Esto significa que el riesgo por exposición ambiental a amianto va incrementándose y llegará a mantenerse un nivel permanente más elevado que en el pasado, a no ser que los se retire adecuadamente de edificios, empresas y vertederos no controlados y se almacenen en condiciones seguras.

No se trata de crear una alarma social, se trata de que tengamos una información y de que esta sea veraz. Que sepamos si hay motivos para preocuparse o no. Porque todavía se desconoce el grado de peligrosidad de los elementos con los que convivimos. Porque el amianto no es solo un problema de salud laboral. Es un problema de salud pública.