Iñaki Uriarte
Analista

Tour Lagunak, voluntariedad, esclavitud e insurrección

Esta entidad, a la que habría que desenmascarar, Tour Lagunak, de momento no se conoce quienes son aunque es suponible, se lucra descarada y exageradamente, por la misión de reclutar gente para que participen voluntaria y gratuitamente como, esclavos deportivos a fin de cubrir 1834 puntos conflictivos de paso de la carrera y su desfile comercial, en los tres días. Se burla socialmente haciéndoles trabajar en condiciones humillantes unas ocho horas seguidas sin descanso, de pie a pleno sol a cambio de una mochila, camiseta, chaleco, visera, chubasquero, silbato, banderín y un vale para un bocadillo. Algo similar ya ha ocurrido en otras ocasiones con pruebas deportivas en espacios públicos por entornos complejos que requieren un control restrictivo de accesibilidad, como el Trialtón de Bilbao. Los sindicatos, e incluso Ararteko, no pueden tolerar esta extorsión próxima a la esclavitud revestida de folklore con baratijas de consolación como en la época colonial y en última circunstancia podrían negarse a colaborar días antes hasta que cedan y paguen. El Tour debajo de la camiseta amarilla oculta un trama negra, cuasi mafiosa.

La organización del Tour al parecer no se fía de la eficacia de los motoristas de la Ertzaintza, a pesar de que, por recomendación, hagan ejercicios de conducción en el circuito de Los Arcos para equipararlos de algún modo a los veteranos motoristas de la Gendarmerie de la Garde Républicaine. Inseguridad que se ha incrementado al tener noticia de que el pasado 12 de mayo atropellaron, aunque fue un coche policial, a cuatro corredoras, una bastante grave ha sido operada, en la primera etapa de la Itzulia Women 2023, por cierto parece que no han presentado excusas.

Recientemente, la ya social y reiteradamente desprestigiada Ertzaintza amenaza con no cumplir su misión profesional de garantizar la seguridad de la procesión ciclista y los devotos asistentes, reclamando un aumento nada menos que de 1.100 euro mensuales a su ya exagerado sueldo para lo que hacen, superior a muchas profesiones con titulaciones universitarias que han requerido esfuerzos y constancia laboral. Un insulto a la inteligencia, a la formación, el conocimiento y el trabajo.

Ese día 1 de julio también empezará otra importante vuelta a España, esta vez en motos y coches, la ansiada y retardada marcha de la Guardia Civil de Tráfico Nafarroa. ¡Ondo ibili! También podrían venir a sustituir a los otros ya que al menos, al margen de su acreditada ideología represora en muchas acciones, en esta tarea son más profesionales y evitar que tenga que venir otra tropa española. Al final solo se diferencian por el color del uniforme.

Debe considerarse el gigantesco bloqueo que supone la supresión de la libertad de movilidad durante días y decenas de horas de cientos de miles de personas en sus desplazamientos de todo tipo, a hospitales, lugares de trabajo, compras, ocio, etc., por lo que las Cámaras de Comercio, las diversas patronales, asociaciones profesionales, sindicatos, deberán posicionarse rotundamente por el gigantesco impacto económico negativo que supone. También las asociaciones vecinales no pueden permanecer pasivos y deben rebelarse contra este estado de sitio por el capricho político y lucrativo negocio de un partido.

Conviene recordar que este enorme despilfarro económico es para un acontecimiento, que no evento, efímero, eso sí gratuito para los asistentes, que una vez visto, al contrario que en ocasión de otras competiciones, no deja ningún equipamiento, mejora de instalaciones o de urbanización, salvo los asfaltados ya dichos. Su secuencia es pagar, salir y pasar, y para algunos posar y quizá cobrar.

Finalmente, resulta sorprendente y decepcionante la ausencia de un amplio análisis, especialmente en ETB donde es imposible el contraste, la libertad de expresión y la censura tiene su sede permanente, además de otros medios más dados al sensacionalismo frívolo, Vocento y el Grupo Noticias por afinidad política, de todo lo que supone este acto comercial escondido detrás de un acontecimiento deportivo ya que se trata de una salida intrascendente, no de la conclusión final de una disputada carrera. Con la falacia manipulada, añadida, según intentan justificar los promotores políticos de que la humanidad se detendrá, colapsada, para contemplar la geografía vasca, su paisaje y la monumentalidad, lo más bonito del mundo, con más interés por lo turístico que la propia competición ciclista que serviría de relleno televisivo, pero procurarán, dando instrucciones a los operadores, que no se vea cualquier expresión reivindicativa de identidad nacional.

Algunos miembros de la extirpe política que se suban al escenario a obtener rentabilidad entregando trofeos deberían, si tuviesen sentimientos, sentir vergüenza al presentarse en público por este saqueo de las arcas públicas y cinismo al presentarse como grandes gestores deportivos, simplemente han pagado con fondos públicos un caro un producto pero por su dejación han arruinado y exterminado el ciclismo vasco. El Euskaltel Euskadi profesional en la memoria.

¿Admitirán las denominadas autoridades vascas que acceden al podium, para entregar los trofeos al vencedor de la etapa y otras categorías, su acto de mayor relevancia en toda la legislatura, el social y éticamente indecente espectáculo de abrir y derrochar el contenido de una botella de Champagne? Gesto que puede ser visto en muchos lugares del mundo que incluso carecen de agua para subsistir. Si tuvieran una elemental sensibilidad humanitaria rechazarían participar en tan repugnante acto, pero ya se conocen sus antecedentes, especialmente Aburto apóstol del frasco, el trago y su socialización del alcoholismo. Además, la publicidad de bebidas alcohólicas está prohibida en los medios de comunicación y espacios públicos pero en nuestra tierra, desgraciadamente, el beber a todas horas y en todos lugares, al parecer, es algo consustancial, así nos va.

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