Martxelo Álvarez

Ucrania: solidaridad e hipocresía

No veo en ese gesto una expresión de sentimiento real sino del marketing y el postureo a los que las instituciones nos tienen acostumbrados.

Ayer, al pasar frente al Ayuntamiento de mi pueblo he vuelto a ver la bandera amarilla y azul ucraniana colgada en la balconada del edificio consistorial, en el lugar que ocupa desde comienzos de la invasión de Ucrania por parte de las tropas rusas y el comienzo de la guerra entre esos dos países. Desde el primer día que la vi allí colocada no ha dejado de sorprenderme la celeridad del Gobierno municipal en colocarla: durante ocho años fui concejal en ese Ayuntamiento y sé perfectamente todas las trabas, dificultades y disculpas que siempre se han puesto desde la institución ante cualquier propuesta para colocar la bandera de cualquier pueblo en lucha por sus derechos expresando la solidaridad para con ella, y puedo dar fe de que no han sido pocas.

Como ejemplo sólo tengo que decir que durante años niños y niñas saharauis han estado viniendo en verano a nuestro pueblo de la mano de personas solidarias y nunca la bandera de la RASD ha estado en el balcón del Ayuntamiento, al igual que no lo está en el día de hoy cuando los saharauis estan nuevamente librando una guerra obligada contra el Estado marroquí que pretende apropiarse de sus territorios y sus riquezas y hacerles desaparecer como pueblo, al igual que no lo está en estos momentos en los que nuevamente han sido traicionados por el Gobierno español que con su acuerdo con el Gobierno marroquí contribuye a expulsarles un poco más de sus derechos y de sus territorios, a perpetuar la condición de refugiados para una buena parte del pueblo saharaui.

Era ayer tambien, 30 de marzo, cuando los palestinos conmemoran los hechos que tuvieron lugar en sus territorios este mismo dia de 1976. Aquel día, y en respuesta al anuncio por parte del Gobierno israelí de un plan para expropiar una gran cantidad de tierra de propiedad palestina para dedicarla a construir nuevos asentamientos sionistas, los palestinos organizaron una huelga general y también numerosas manifestaciones en muchas ciudades de Israel produciéndose fuertes enfrentamientos entre manifestantes palestinos y Ejercito y Policía israelíes, siendo asesinados más de una decena de manifestantes desarmados, heridos más de cien y detenidos varios cientos. Ese dia es conocido como el «Día de la Tierra» y es un día referencial de reivindicación de los derechos del pueblo palestino en Israel y en todo el mundo, dia para recordar que la ONU ha emitido 26 resoluciones exigiendo el respeto a esos derechos y que todas ellas son incumplidas por Israel que sigue siendo hasta la fecha el único país que nunca ha presentado los límites de sus fronteras generando con ello y con sus constantes expropiaciones de tierras palestinas un éxodo de decenas de miles de personas que viven en campos de refugiados. Pero no, ni ayer ni nunca antes ha habido una bandera palestina en la balconada del Ayuntamiento de Berango.

Ni tampoco las de Siria, Kurdistan, Yemen... Ni siquiera la de Ongi etorri errefuxiatuak, esa bandera que simboliza la inmensa nación de vivos y muertos que se extiende por mares y montes, pueblos y ciudades... y tambien construida sobre huidas obligadas por la guerra, sea esta hecha con armas o con hambre y miseria.

Por eso me ha sorprendido tanto esa bandera en el balcón municipal, pero no favorablemente sino al contrario, porque no veo en ese gesto una expresión de sentimiento real sino del marketing y el postureo a los que las instituciones nos tienen acostumbrados y que tan fácil y tan barato les resulta, no veo en esa bandera un «gesto solidario» sino algo interesado hecho desde una institución que hasta ahora se ha negado una y otra vez a realizar ese mismo gesto con otros conflictos, con otros refugiados.

En los mismos parámetros podemos situar la «Marcha Familiar por los niños de Ucrania» organizada para este domingo en Berango por el Ayuntamiento y Unicef donde mi pregunta es si esa marcha y la recogida de fondos que tiene como objetivo incluye tambien a esos otros niños tambien ucranianos que son los de la regiones de Donetsk y Lugansk cuyos territorios vienen siendo bombardeados desde el año 2014 por el Gobierno de Kiev... y también donde han estado hasta ahora el Ayuntamiento y Unicef cuando los niños de esas regiones tenian que huir y sufrian los bombardeos.

Dicho esto quiero dejar claro que ni mi critica ni mi enfado van hacia quienes huyendo de la guerra y de su lógica inmisericorde de destrucción y sufrimiento están llegando a nuestra tierra y tambien a Berango algunos de ellos: cuando veo las imágenes de esos refugiados escapando con su miedo y con sus bultos tambien veo a mis abuelos y a sus hijos con el mismo miedo y unos bultos similares escapando de los bombardeos de la Legión Cóndor al servicio de los fasciofranquistas en los dias de setiembre y octubre de 1937...

Pero no puedo dejar de ver tambien a otros ucranianos –los del Donbass– en esa misma situación desde el 2014 hasta la actualidad, esos a los que politicos, instituciones y organizaciones benéficas no han visto y siguen sin querer ver.

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