Eva Aranguren Arsuaga
Concejala de EH Bildu en Pamplona

Un balance de cuatro años a las puertas del 8M

Sigamos trabajando de manera transversal y colectiva, en todos los ámbitos, por hacer políticas públicas de igualdad y con perspectiva de género. De manera firme, concreta y cómplice con el movimiento feminista.

Es difícil evaluar cuatro años en un Ayuntamiento. Particularmente cuando dos han transcurrido en pandemia. Empiezo agradeciendo a los colectivos feministas y de mujeres de nuestra ciudad su labor diaria por visibilizar las múltiples desigualdades y violencias que sufrimos, y por reivindicarnos en todas las facetas, a veces con críticas y costes. Vaya mi reconocimiento a ellas, cada vez más y más jóvenes, que dan la cara por todas para construir una Iruñea más justa y libre. Eskerrik asko!

En 2019 volvió Navarra Suma al poder y se estrenó quebrantando el protocolo en Sanfermines y echando atrás la OPE para crear dos nuevas plazas de técnicas de igualdad. Cuestión no baladí habida cuenta que debía desarrollarse la Ordenanza. Pero el viraje ideológico se había adelantado ya. Semanas antes, Enrique Maya había dicho en una entrevista en Diario de Noticias que la gestión pública de la violación de la manada por el gobierno de Asiron había ensuciado la imagen de los Sanfermines. Es decir, UPN anteponía el marketing a la lucha contra la violencia machista en las fiestas. ¡Vaya panorama!

Volvía la carcundia, y la misma concejala que meses antes lanzaba soflamas incendiarias contra Skolae y lo comparaba con el adoctrinamiento nazi en un artículo titulado «Tus hijos ya me pertenecen», asumía ahora la concejalía delegada de igualdad. Eliminó los perfiles del área en redes sociales censuró una charla sobre el machismo en la sexualidad femenina en la Casa de las Mujeres y avaló el cuestionamiento de Alcaldía de los carteles que por iniciativa del movimiento feminista se habían colocado a la entrada de Pamplona en el mandato anterior para expresar el compromiso de la ciudad contra las agresiones sexistas. Y hay más. Hasta dos veces se le ha tenido que reclamar por vía de declaración en comisión que convoque el Consejo de las Mujeres tras retrasarlo injustificadamente. Y en otras muchas ocasiones se ha tenido que denunciar en comisión y en pleno los discursos sexistas u homófobos de sectores de la derecha, e incluso, de cargos públicos de Navarra Suma en otras instituciones. Una edil de igualdad que ha sido incapaz de evitar ni asumir el error del uso de lenguaje no inclusivo en campañas institucionales tan llamativas como la del botellón y que no es capaz de defender ante el responsable del área de Seguridad Ciudadana respeto a la expresión violencia machista y a su realidad, durante tres años enmascarada bajo el epígrafe de violencia intrafamiliar en las estadísticas oficiales.

Por el contrario, en solitario o con el resto de los grupos de la oposición, nosotras hemos impulsado más de 30 iniciativas solo en igualdad. La inmensa mayoría de carácter propositivo, como la propuesta de actualizar el callejero, la exigencia de reactivar las redes sociales de igualdad o de incorporar los criterios de igualdad en la contratación, como exige la Ordenanza; la iniciativa de proponer, a instancias del movimiento feminista, una campaña institucional contra la violencia machista que sea periódica y más allá de los Sanfermines o la de convocar una sesión de trabajo específico con la Mesa para el Abordaje de las violencias hacia las mujeres en el seno de la Comisión COVID para analizar el impacto de la violencia machista en pandemia.

Hemos propuesto, también, compromisos concretos del Ayuntamiento de Iruñea a favor de la igualdad en el deporte, la inclusión de criterios de igualdad en la contratación cultural o la realización de un estudio sobre mujeres de Pamplona represaliadas por el franquismo, por cierto, presentado hace unos días en la Txantrea, y la propuesta, defendida por mí misma en el Consejo de las Mujeres y aprobada por unanimidad, de que nueve de estas mujeres se emplearan para denominar las nuevas calles y una plaza del Plan Sur de la Txantrea.

Ha habido otras iniciativas de denuncia también por la inacción o políticas sectarias del equipo de gobierno, como la exigencia de convocatoria urgente de las subvenciones de igualdad tras el confinamiento, la reprobación de las palabras de la responsable de Comunicación contra la apuesta del gobierno anterior de dar publicidad a las agresiones sexistas o la exigencia de que se ratifique el protocolo de respuesta acordado en su día con el movimiento feminista en Pamplona, y que ha sido reiteradamente puesto en tela de juicio, la última vez y casi hasta provocar la ruptura con los colectivos, antes de los últimos Sanfermines. La movilización y la denuncia evitó esto que hubiera sido un salto atrás de incalculable trascendencia.

Nuestra última iniciativa, junto con el resto de la oposición, ha sido priorizar la implantación y extensión de protocolos en locales privados de ocio nocturno. Logramos, por fin, que se aprobara por unanimidad.

Queda mucho por hacer aún en materia de igualdad. También la defendemos cuando luchamos por la publificación y dignificación del SAD; la cesión de un piso al programa Date Una Oportunidad, dirigido a mujeres que sufren violencia machista y planteamos la necesidad urgente de políticas insterinstitucionales para mejorar las condiciones laborales en el servicio doméstico; la mejora de las condiciones laborales en el ciclo 0-3, eminentemente feminizado; o la puesta en marcha de servicios de conciliación para familias monoparentales.

El salario bruto de los navarros en 2020 superó los 31.000 euros; el de las navarras fue de 24.000. La causa de esta diferencia es la omnipresencia de mujeres en algunos de los sectores peor pagados o su mayor recurso a jornadas reducidas por asumir labores de cuidados no remunerados que, en puridad, corresponden a toda la sociedad. Y esta es, precisamente, una de las principales reivindicaciones feministas para este 8 de marzo.

Sigamos trabajando de manera transversal y colectiva, en todos los ámbitos, por hacer políticas públicas de igualdad y con perspectiva de género. De manera firme, concreta y cómplice con el movimiento feminista. Que la carcundia de las derechas vuelva a sus cavernas en el máximo número de lugares. Esta es la condición necesaria, si bien no suficiente, para que las mujeres veamos consolidados y ampliados nuestra libertad y nuestros derechos y podamos avanzar hacia una igualdad real. Tenemos aún mucho que hacer.

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