Iulen Lizaso Aldalur
Hernani

Un diagnóstico incómodo

Los medios alarman con la emergencia climática y activistas de izquierda con la joven Greta hacen el resto: «Hay que actuar ya para presionar a los gobiernos»

Tras la Cumbre del Clima COP25 de Madrid, el grueso mediático insiste de manera «inequívoca» en que los fenómenos climatológicos extremos tienen que ver con el calentamiento global, y que este se debe a emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) siendo el CO2 causante... por encima del resto de GEI.

Confrontando datos biométricos y climatológicos del grupo IPCC, expertos de la ONU, (avalados por el calentamiento mediático-social del fenómeno Greta Thunberg), con los de otros científicos fuera del IPCC (en sus inicios pertenecían a ese grupo, pero al discrepar sobre las causas-diagnóstico, hoy se, o les sitúan fuera, condenados al ostracismo mediático-institucional), no es que sean diferentes...son inversos.

Revisando datos de evolución de la temperatura y de GEI en el siglo pasado, la gran subida de emisones CO2 se dieron con la Revolución Industrial tras la Segunda Guerra Mundial. Coincidiendo con esa fecha y hasta 1975 se vivieron las tres décadas más frías del siglo XX. Así es como el profesor Patrick Michaels, del Dep. Of Enviromental Sciencies de la Universidad de Virginia, asegura: «Cualquiera que vaya diciendo que el CO2 es el principal responsable del calentamiento de la atmósfera, lo hace al margen de los datos». El profesor Syun-Ichi, Tim Ball, Nigel Calder, Jhon Christy, Carl Wunsch y otros silenciados señalados negacionistas no niegan el cambio climático, niegan que las causas del calentamiento sean debido a emisiones de CO2 de origen antropogénico.

El investigador Christy asegura: «La subida de temperatura en los océanos incrementa las emisiones de CO2, pero más CO2 no produce elevación de temperatura».

Los medios alarman con la emergencia climática y activistas de izquierda con la joven Greta hacen el resto: «Hay que actuar ya para presionar a los gobiernos». Ponen el foco exclusivo en el CO2, sin reparar en que no supone riesgo para el planeta, es más: «Por el contrario, la tierra necesitaría actualmente más CO2 para sus plantas y la vida en general» asegura la científica D. Bertell... «pues este gas invisible es solo el 0,054%, siendo insignificante la parte que añade el ser humano ya que del total de GEI, el 95% es vapor de agua»...¿A qué se debe la demonización del CO2?

El diagnóstico más fiel a la hora de despejar la incógnita científica sobre la imparable subida de temperaturas en la superficie del planeta (no en la troposfera), saldría de superponer la curva histórica de actividad solar con la de evolución de la temperatura. De su coincidencia, los «negacionistas» deducen que, aunque la sensación de calor viene del sol, el calor es irradidado por el núcleo (también atómico) solar del planeta... en creciente actividad.

Siendo así, cabría afirmar que el calentamiento deriva de una doble acción de fusión nuclear, sincronizada por la sinergia bipolar tierra-sol, en ritmos crecientes de memoria: calor. Acoplamiento nuclear, tras el cual «ha nacido» una nueva era, inicio de otro ciclo planetario y final total de una era glacial, que conlleva la desaparición de la memoria: Frío, y con ella a la vez, el sostenimiento de los hielos polares, hasta su derrumbe como hecho natural finito.

Las catástrofes climatológicas derivadas de perturbaciones atmósféricas, con causas antropogénicas radioactivas, son siembra del otro «costal».... con gran costo humano.

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