Iulen Lizaso

Un siglo después...

No cabe duda de que es más fácil engañar al ser humano que convencerlo de que ha sido engañado. Así, cada cual elije si quiere seguir o no; si quiere saber o no saber, y en consecuencia cuanto quiere seguir sufriendo o dejar de hacerlo.

... y ya estamos en su último intento. Entremedias ensayos de media intensidad.

Las dos primeras enfermedades contagiosas causantes de gran mortandad en Europa fueron, la peste negra en Francia del siglo XIV, (se calcula que solo en 1347 mató entre veinticinco y treinta millones de personas), y la segunda pandemia de cólera durante la primera mitad el siglo XIX. Ambas se erradicaron con higiene y sin vacunas, pues hasta 1885 no se desarrolló la vacuna contra el cólera.

A primeros del siglo XX, otros dos episodios enlazados uno al otro, dejaron millones de muertos en un período corto de tiempo. Los supervivientes de la primera guerra mundial, quedaron con unas infraestructuras sanitarias en cuanto a equipamientos hospitalarios y saneamiento urbano, muy deplorables, lo cual les hizo vulnerables y presa de cualquier enfermedad derivada de esa falta de higiene del hábitat, tanto doméstico como medioambiental. La recarga de gases tóxicos, suelos y ríos contaminados y vibración negativa de muerte y odio que se generó, quedó latente en la atmósfera respirable... hasta hoy.

El mismo año en que finalizó esa guerra, se declaró la pandemia de la gripe española, que sólo en los años 1918-1919, se llevó por delante entre cincuenta y cien millones de personas en todo el mundo.

¿Porqué menciono como relacionados ambos episodios? En la primera guerra mundial, al tomar una posición neutral o imparcial, España no aplicó la censura de prensa exigida sobre las causas y el origen de esa gripe; ésto, los países occidentales se lo hicieron pagar como chivo expiatorio. A pesar que el brote gripal se dió en EEUU y los soldados norteamericanos la trajeron a la Europa en guerra, dejaron a España con el sanbenito de gripe española o trancazo.

La escritora californiana Eleanor McBean como reportera superviviente de la gripe y la guerra, en su libro "Vaccination... The Silent Killer" aporta pruebas y desmiente la versión oficial de la gripe española. Así exige que se revisen las bases históricas del evento, no como una teoría de la conspiración, sino como pruebas que a todos pondrían los pelos de punta... hoy lo propio por el covid-19

Las autopsias realizadas después de la guerra, demostraron que la gripe de 1918 no fue tal, sino consecuencia de los efectos adversos de la vacuna experimental contra la meningitis bacteriana que atacaban el sistema inmunitario de aquellos soldados que inicialmente en EEUU y posteriormente en Europa fueron vacunados, dándose cuadros clínicos exacerbados asimilables a gripe y neumonía bilateral... hoy, un siglo después ¿a qué nos recuerda?

¿Qué podemos establecer como paralelismos y lo contrario con la situación de hoy y la pandemia del covid-19? Como hecho contrario, que no hay un solo país, ni medio de prensa, ni autopsias, ni tratamiento, ni medio de diagnóstico diferente a lo oficialmente impuesto por la OMS, la CDC, FDA, la Agencia del Medicamento y los Colegios Médicos en España, que permitan contemplar ninguna alternativa operativa. Que no existe ni remotamente la posiblidad de presentar o reclamar un debate desde unas bases científicas acreditadas y testimonios reales de enfermos y personal sanitario, que han vivido la realidad clínica in situ con conocimiento de causa muy diferente a la versión oficial, que quisieran darlo a conocer a la ciudadanía... y son amenazados o inhabilitados.

Como paralelismo entre la gripe de 1918 con derivaciones a neumonías, y el todo es covid-19 de hoy a las puertas del otoño-invierno con menos horas de sol, las consecuencias adversas (coagulación sanguínea anormal que puede provocar ataques cerebrales y cardíacos... según el silenciado Dr. Mércola en EEUU), que le llaman variante Delta, se derivan de la reacción del cuerpo a un medicamento con unos componentes... que los extraña muy mucho.

Concluye su estudio, en primer lugar denunciando a quienes posibilitaron que millones de civiles murieran por la misma causa que aquellos miles de soldados que fueron vacunados antes de partir para Europa y sirvieron de experimento a la incipiente industria farmacéutica. En segundo lugar anuncia solemnemente que... solo murieron los vacunados.

«La profesión médica está siendo comprada por la industria farmacéutica, no sólo en cuanto a la práctica de la medicina, también en cuanto a la enseñanza y la investigación. Las instituciones académicas están permitiendo ser los agentes pagados de la industria farmacéutica. Creo que es vergonzoso». (Arnold Relman, exdirector del "New England Journal of Medicine").

«(YouTube) prohibirá los videos que contradigan las orientaciones de la OMS Sobre la pandemia o que compartan remedios falsos o no probados del Coronavirus». Susan Wojcicki (Directora ejecutiva CEO de YouTube)

Dos frases a modo de epitafio, para un sistema mediático-médico que en su degradación moral y profesional agoniza porque... descuidaron su razón de ser.

Como bien dice el doctor en Filosofía y profesor de Ética Fernando Buen Abad Dominguez en su artículo "Los placeres del engaño", el uso de la mentira se ha relativizado; es una arma de guerra ideológica para asegurar el acatamiento disciplinado de las órdenes de manera rápida, ubicua y acrítica.

Guerra ideológica en situaciones de estrés, guerra para someter a un enemigo y que disfrute de su esclavitud sin presentar batalla. Campos minados con falacias que paralizan, regulan, anulan y confunden la voluntad y la capacidad de comprensión. Convierte a algunas personas en autómatas, sin habilidades críticas, sin conciencia de la realidad y con vergüenza de mostrar sus dudas. Cuando todos creen en la misma falacia parece que todo es más real».

Siendo que el coronavirus ya ha remitido en todo el mundo, hoy el hecho más grave y paradógico, es que las enfermedades derivadas (coagulaciones de la sangre) del tratamiento profiláctico oficializado, hoy y en plena bonanza climatológica, han crecido exponencialmente. A diferencia del siglo pasado en que España fué el país informante a tiempo real, hoy al no existir ningún país neutral, la causa del exceso de muertes no covid-19 que se pudieran dar este invierno no será información pública. ¿A qué variante lo van a atribuir esta vez?

En este tiempo, la ingenieria linguistica a través de medios (oído e imagen) habituales, imágenes por hologramas y mensajes subliminales por medio de ondas milimétricas de emisiones electromagnéticas, es la principal herramienta para lograr la hipnosis colectiva que se percibe en la humanidad. No cabe duda de que es más fácil engañar al ser humano que convencerlo de que ha sido engañado. Así, cada cual elije si quiere seguir o no; si quiere saber o no saber, y en consecuencia cuanto quiere seguir sufriendo o dejar de hacerlo, con lo que hoy a comienzos del siglo XXI, nos ocupamos con esta nueva amenaza de millones de muertes... por las mismas causas médicas del siglo pasado.

Los que con esfuerzo hacemos frente a tanta incertidumbre, exploramos causas, reparando en el hecho de que, hasta quienes provocan estos episodios de muerte por enfermedad, y hoy como nunca en la historia se erigen en guardianes de la información asociados a las farmacéuticas, reconocen y nos demuestran con sus hechos de censura mediática en lo médico-institucional y coerción en lo médico-laboral... que solo el saber nos hace libres.

¿Dónde está la raíz del mal? Cuando el díscolo y atrevido Dr. Mércola nos asegura que: «La OMS es una organización corrupta y dañina»... para muchos es un conspiranoico, para otros da una pista, para los menos da en la diana.

"TrustWHO", un documental producido por Lilian Franck, revela las influencias clandestinas que controlan a la Organización Mundial de la Salud. La OMS se fundó en 1948 por 61 estados miembros cuyas contribuciones en un principio financiaron la organización, la cual fue infiltrada rápidamente por la industria. Desde grandes empresas tabacaleras hasta la industria nuclear y farmacéutica, la industria ha dictado la agenda mundial de la OMS y continúa haciéndolo en la actualidad, anteponiendo las ganancias y el poder a la salud pública.

Lo que aquí asegura y denuncia el Dr. Mércola, hoy es el mayor peligro para la supervivencia saludable de toda la humanidad. Las élites, nos lo intentan encubrir con el señuelo del cambio climático, cuando la otra gran amenaza, esta vez para la existencia de toda la humanidad y el mismo alma del planeta, es la geoingeniería para el control del clima, y no el imparable ascenso del calor hasta el deshielo polar... como ciclo vital natural del planeta Tierra.

Un siglo después, el gobierno de España se sitúa en el polo antagonista. Siendo el más corrupto del mundo e infiel a la verdad médica sobre los hechos reales que se dan en los hospitales, oculta el programa real que está detrás de todo: el control poblacional. Hay mucho más daño en nuestros ciudadanos como resultado de las vacunas covid-19 que con todos los programas de vacunación a lo largo de la historia denuncia hoy Sir Christopher Chope en el Parlamento británico y en la prensa... en España también lo saben.

Pero inesperandamente, en silencio y sin personalismos mediáticos, ya renace otra verdad, la creciente que apaga la mengüante. La Asociación Liberum, ha interpuesto un recurso y conseguido que el Juzgado de lo Contencioso de Madrid dicte un auto de urgencia (veinte días improrrogables), al Ministerio de Sanidad y Consumo, para presentar expediente administrativo aportando la información solicitada sobre pruebas de la existencia del virus SARS-Cov2.

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