Martxelo Álvarez

«Vox» y otros fascistas sois los terroristas

Bertolt Brecht, buen conocedor de lo que fue el fascismo alemán, el nazismo y su gestación, escribió en su dia aquella frase terrible que resume todo el valor y la tragedia de una premonición que cada vez se nos aparece menos aventurada: «el vientre de la bestia aún está fecundo»

El pasado sábado los de Vox vinieron a Bilbao a traer su mensaje fascista, machista y racista. Vinieron a manchar con sus babas el Palacio Euskalduna asentado en el solar donde estuviera aquel astillero que nos recuerda una larga lucha obrera contra el cierre decretado por aquella reconversión industrial de sello «socialista». Vinieron los de Vox a ningunear a las víctimas de la violencia de género y a decirnos que quieren banalizar y perpetuar su sufrimiento. A gritar desde su miseria moral que quieren una sociedad de súbditos de primera, de segunda y de tercera, en función de la procedencia y del color de la piel pero, sobre todo, de la cuenta bancaria. A decirnos que los nuestros fueron bien muertos y que están bien en esas fosas y cunetas a donde sus antecesores ideológicos y biológicos tambien en muchos casos los llevaron a asesinar.

El jueves anterior ya lo habían hecho en Oviedo tambien en un lugar emblemático: en el Campus Universitario de El Milán, situado en una parte lo que fuera aquel cuartel de negro recuerdo donde tras la victoria fasciofranquista tantos republicanos serian sometidos al juicio-farsa previo a su asesinato por esas escuadras criminales, uniformadas o no, cuya memoria y tufo asesino Vox recrea tras su discurso y su actitud.

En ambos casos esa presencia y lo que ella supone fue contestada por decenas de personas, jóvenes en su mayoria, que asumieron la dignidad y la responsabilidad de dar la cara, del grito y de la protesta. De ellos fueron las convocatorias, de ellos la presencia organizada en Bilbao o espontánea en el caso de Oviedo, de ellos tambien la carne golpeada por las porras policiales ayudadas por las patadas de los matones de Vox como ocurrió en el Campus de la capital asturiana donde un profesor recibió una soberana paliza que lo llevó al hospital, de ellos la sangre y la mandibula fracturada de esa joven alcanzada por uno de los pelotazos disparados por la Ertzantza contra la protesta popular en el caso de Bilbao.

Bertolt Brecht, buen conocedor de lo que fue el fascismo alemán, el nazismo y su gestación, escribió en su dia aquella frase terrible que resume todo el valor y la tragedia de una premonición que cada vez se nos aparece menos aventurada: «el vientre de la bestia aún está fecundo». Una bestia mantenida viva en el caso del estado español por quienes desde izquierda y derecha miraron «democráticamente» para otro lado y asumieron aquella Transición miserable que dejó a la verdad sin decir, a los crímenes sin juzgar y como consecuencia de ello a los criminales en condiciones de mantener aunque fuera de forma solapada su poder, sus intereses y como vemos tambien su ideología. Y esta semana, en los días señalados, en los lugares señalados, quienes han sido los garantes de su pervivencia mandan a sus policías contra quienes denuncian que tras ese democrático «lifting» de cuarenta años de olvido y desmemoria la bestia remozada sigue efectivamente fecunda. Contra quienes gritamos «vosotros fascistas sois los terroristas», «Vox y otros fascistas sois los terroristas».

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