José Luis Zumeta, en el intervalo de silencio de estos infinitos días vacíos nos has abandonado en esta amada tierra vasca empapada de todos los colores de tu creatividad ilimitada.

Integraste el grupo Gaur, hoy hace mucho pero ahora te has incorporado en otro talde, Beti, siempre en la memoria, un inmaterial espacio sin límites como tu imaginación con todos los otros artistas que te precedieron.

En Usurbil, donde diste tus primeras pinceladas, hay un extraordinario lugar que conforman la iglesia de San Salvador y el frontón, pilota plaza. En el muro lateral del templo con motivo de la despedida de Joxean Artze (2018 01 13) otro memorable usurbildarra  se proyectó un poema suyo «Ezin dut errekan urik edan… biziek baizik». Esa poesía visual efímera debería ser materializada en el muro.

En el otro extremo del espacio separado por un probaleku, singular recinto antropológico, está el frontón en cuyo trasdós en 1973 Zumeta hizo un gran e impresionante mural cerámico repleto de textura y color. Cada vez que la pelota golpea a la pared, la piedra recuerda que por detrás también es arte y rebota una mirada de admiración. El alma vasca de dos artistas con dos expresiones, palabra y pintura reunidas en un lúdico y creativo ámbito. Sin duda alguna un espacio cultural en un Conjunto Monumental que pronto reivindicaremos.

Te recordaremos como el discreto hombre vasco y explosivo artista que has teñido nuestra sensibilidad formal y cromáticamente y cuyo legado es una riqueza cultural para futuras generaciones.

Jose Luís por esta contínua e incontenible catarata de color, desde el vacío que nos dejas, eskerrik asko.