Enric Vivanco Fontquerni, Barcelona

Modernización rechazada

Los medios de comunicación europeos arropados por la alianza religiosa y etnocolonial que es la OTAN, han ideado una fábrica de noticias para informar sobre las camas redondas y las sábanas de seda de las respectivas familias monárquicas de los Estados maravillosos que componen semejante organización guerrera. En el Principat, los medios de comunicación públicos que ya se han desplazado directamente a Madrid, como también al centro imperial cultural que son las baratijas de los Óscar, como las sedes de las empresas bancarias y otras, que se marcharon para encontrar la tranquilidad que necesitan las mafias económicas. La principal noticia diaria es sobre los coronados y sus extensas familias, todas ellas portadoras de una sabiduría que la IA, queda como lo más tonto del mundo. Por esto, analizar la consulta que se ha llevado a término en Irlanda, molesta a todos, ya que los liberales conservadores, les encanta mostrar sus modernizaciones sin par, que ha sido rechazada de forma contundente. No digamos de los progresistas simpáticos, que acaparan la exclusividad de un mundo que jamás existirá. No tienen otra ocurrencia que ponerse en un jardín que es de uso exclusivo de los núcleos familiares. Las Constituciones, su único fin es podar la libertad de los humanos, como también arrancar la necesidad de formar parte de una comunidad, para perderse en el espacio sideral. Ya que los universalistas liberales son los vendedores de la bondad infinita. Por ello los referendos con preguntas claras y concisas siempre las pierden, como el Brexit, y las consultas que tienen que repetir en el marco sin par de la CE. Los análisis estrambóticos que se han hecho por cierto muy pocos, y que se olvidará rápidamente como una piedra en el zapato, respecto al plebiscito en Irlanda. En cambio, es de una importancia sistémica. La mayor parte de la población en Europa, está hasta el gorro del funcionamiento político mafioso y ladrón, que conforma la estructura supuestamente democrática. No es de recibo que un Estado liberal como Irlanda, con problemas sociales constantes y gravísimos, tenga el descaro en esta campaña de utilizar eufemismos trucados para poder externalizar el costo de los enfermos, ancianos, niños, y otros casos, a los núcleos familiares eso sí muy modernizados, como si los irlandeses fueran auténticamente estúpidos. Si de verdad se pretende entender un mínimo el poso cultural y de convivencia, desde una mirada antropológica, el ejemplo es del más sencillo. Analizar en profundidad la historia de vida de una cantante maravillosa como fue Sinéad O’Connor, daría muchas más pautas que la pobrísima mirada hacia los partidos políticos corruptores del buen vivir.

Atentamente.

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