Mikel Arizaleta | Bilbo

Aburto como anuncio

Quizá, es posible que todavía algún tasquero bilbaíno recuerde aquel junio de 1982, que tuvo a Bilbao con su Catedral como sede de la selección inglesa en la primera fase de la copa del mundo de fútbol, y en la que Robson, se contaba por entonces, marcó ante Francia en el segundo 27 el tercer gol más rápido de la historia de los mundiales. «El público respondió en los tres partidos. Aparte de los aficionados que vinieron desde sus países (Inglaterra, Francia, Checoslovaquia y Kuwait) a apoyar a sus selecciones, el público vasco colaboró y ayudó a que San Mamés presentara un aspecto de estadio lleno o casi lleno en los tres partidos que albergó».

También entonces, como hoy con el rugby, se achicaron las expectativas voceadas desde la alcaldía, Diputación y algún medio resabiado. Más fantasía que realidad, porque se vendió, pero no en la medida anunciada. Hoy se acumulan en bares demasiados bidones de cerveza almacenada, exceso de una previsión no demandada. También Zero Zabor Bizkaia ha rebajado la tasa de reciclaje pregonada por Diputación: del 48% foral al 38,5% real, y le acusa de manipulación y de trigo poco limpio

Tiempo atrás se pregonó que teníamos en nuestro Botxo al mejor alcalde del mundo y que nuestro Ayuntamiento era símbolo de trasparencia. Venimos sacando del cajón papeles viejos y nuevos, explicaciones y demandas ciudadanas, y respuestas de alcaldía e instituciones varias a peticiones y denuncias graves de asociaciones vecinales, por ejemplo, el caso Panera. Y el mejor alcalde de nuestro Botxo y su trasparencia proclamada se descubre como corrupción encubierta, como mordida, como postura injustificada, como colaboración con intereses privados a costa de públicos. En las instituciones, si se hurga en determinadas materias, proyectos y grandes obras, hay más opacidad e intereses creados que ética y trasparencia. Más sumisión que músculo de servicio profesional. Más anuncio, neón y brillantina de buena carne que calidad servida.

Sí, también el Botxo del alcalde Aburto es más anuncio falaz que entraña real.

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