Gerardo Hernández Zorroza

Ayer era alarmismo

El ritmo del mundo actual es tan acelerado que no permite la reflexión de los humanos que lo habitan.

Todo apunta a que, si queremos salvarnos, no al planeta, dada la inexorabilidad de los acontecimientos a que asistimos y nuestra pertinaz estupidez, habremos de aprender a formularnos desde una manera de pensar (paradigma mental) radicalmente diferente, y subvertir el orden de las cosas.

Porque existen dos formas de afrontar el hecho: a lo Bolsonaro-Trump, a los que importan un pito las alrmas encendidas, o la de los que piensan un mínimo y no venden la supervivencia de la especie, condenada según un estudio australiano ("Existential climate-related security risk: A scenario approach", publicado por el Breakthrough-National Centre for Climate Restoration), si no se toman medidas drásticas, a la extinción no dentro de 100, ni tan siquiera 50, sino tan sólo, nos advierten seriamente, de apenas 30 años.

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