Iulen Lizaso Aldalur

Beligerancia

Era viernes y pasó de colgar el cubo de orgánico en una percha a 5 metros de su portal, a dejar la bolsa en una papelera a 50 metros. Materia orgánica fermentable al vertedero, justo lo que más exige la Normativa europea junto a no incinerar materiales reciclables.

¿Qué nos dice la nueva normativa del Gobierno Vasco de 2.015?, en primer lugar que a pesar de que Ekologistak Martxan en noviembre de 2.014 denunció su alejamiento de las exigencias europeas, que de ahí hasta que se promulgó nadie «le salió al camino» y se parió según se concibió. Normativa voluntarista que reivindica para sí la «Economía Circular», cuando por su bajo perfil de exigencia en obligatoriedad, es imposible hacerla práctica mientras esté accesible a diario y a precio de tarifa plana el depósito de residuos a incinerar mezclados con reciclables en la «gran papelera» verde-gris que lo acepta todo.

Leyes que ni penalizan ni obligan a alcanzar ratios de valorización material, como hacen países y territorios europeos (Catalunya, Tirol, Flandes…) a la cabeza, a pesar de que como aquí, también valorizan energéticamente en sus plantas incineradoras.

Hoy la Diputación de Gipuzkoa muestra un empeño loable en situarse a su par en niveles de valorización energética y material (reciclado). Para lo primero, el empeño es real y dinámicamente sostenido hasta el punto de que va a confiar a corporaciones empresariales privadas la explotación de su incineradora para 30-35 años… ¿Y lo segundo?

Incinerando solo lo no reciclable y el rechazo de plantas de reciclado, a ninguna empresa privada con ánimo de lucro le da para obtener rendimientos, cubrir amortizaciones y repartir beneficios, a no ser que «no reciclable» se le llame también a las miles de toneladas de «reciclable no separado» que como la persona del caso, (por el mismo precio a pagar que los que separamos), depositan… donde no se debe.
El problema es político y tiene que ver con seguir preservando los privilegios de clase, de quienes hoy favorecen con estas prácticas el trasvase de dinero público a empresas privadas del Ibex35 con domicilio fiscal fuera de nuestro territorio, sin mayor consideración a las personas y el medio ambiente de dentro de nuestro territorio.

El problema es político pero la argumentación pública para contrarrestar ese apabullamiento y denunciar la censura mediática por parte del Diario Vasco y Noticias de Gipuzkoa es técnica. Así, pienso que se debe evitar caer en simplismos demostrados estériles como pudiera ser enfocarse en la comparativa de datos de reciclado con un sistema u otro, ni agitando la alarma de la salud por la incineración según informes de tal y tal universidad, pues tanto para uno como para otro, tu verdad es tuya y mi verdad es mía pero ninguna es de los dos. En cambio buscar esa verdad común a partir de datos indiscutibles como son las toneladas que cada municipio lleva al vertedero recogida en los tickets de la báscula o facturas reales, no da pie a versiones y ahí al PNV se le podría llevar contra la pared…, en lo técnico.

Tomando el espíritu y letra de la consejera Oregi: «Quien contamina paga», el otro argumento de debate es la comparativa sobre tasas, incentivos y penalizaciones de otros territorios así como saber cómo están constituidas las empresas que llevan las plantas incineradoras europeas, si son con ánimo de lucro o como servicio público…. Ello requiere un trabajo de campo en investigación in situ y una vez en casa, otro de divulgación y preparación para el debate, y hoy por hoy parece que esto a la IA le da mucha pereza.  

En una charla de la expresidenta de GHK sobre los episodios saboteadores y denuncias al PNV ante el juzgado por manipulación y borrado de datos del ordenador tras el relevo en ese organismo de gestión de residuos, le pregunté sobre la futura sociedad de Zubieta, contestó que no sabía… normal; pero no es normal que tampoco supiera que la sociedad Zabalgarbi era mayoritariamente privada al 65% con capital de FCC (30%), Sener y Kutxabank.

Así opté por no hacer la tercera pregunta: ¿las plantas incineradoras en Flandes, Tirol, Catalunya, Alemania… operan como empresas de servicio sin ánimo de lucro (no digo ONG´s) o como sociedades mercantiles?

Si fuese lo primero y sabiendo que la autoridad de la competencia (CNMC) ha impuesto una multa de 16,8 millones de euros (irrisoria para el volumen defraudado) a FCC por operar de manera secreta desde el año 2.000 (difícil de llevarlo a cabo sin la complicidad de la parte contratante), ¿alguien se imagina el impacto social y cambio de conciencia al leer informes, folletos, carteles y pancarta de cabecera, anunciando que a diferencia de la mayoría de territorios europeos, en territorios donde gobierna el PNV se dan negocios privados con servicios de basuras igual que en territorios donde gobierna el PP?… que diferente al mantra eterno: «No a la incineradora.»
 
Esa falta de beligerancia en la IA… ¿A qué obedece que Hasier Arraiz salga a decir que Bildu no quiere desbancar al PNV como Podemos? Ortuzar le lanza el señuelo: «al PNV le gustaría compartir más con la IA» …y en el colmo de la farsa pone el anzuelo: «Abertzales del PNV, hoy estamos mas cerca del ´Zazpi bat´ que el año pasado…» Y unos y otros moviendo el “rabo”.

¿De verdad confía Arraiz en alcanzar, un cambio social, revolución, ruptura… sin desbancar al PNV o como se han vuelto a reiterar Podemos tras la reunión con ellos y llamar a los ciudadanos para quitarles del gobierno: «Deseamos el cambio también en Euzkadi y ello no es posible con las políticas del PNV?»
 
Situado en tierra de nadie, me siento más cómodo y a su vez cada vez más alejado de unos y otros. Sabiendo que la comodidad es incompatible con el compromiso adquirido para el ejercicio de la política activa y comprometida… en mi caso vale, en el de otros no.

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