Bienvenidos de nuevo a la era ideológica
La historiografía oficial de la Guerra Fría nos cuenta que el proyecto socialista fracaso estrepitosamente, que la democracia capitalista ha triunfado como la mejor organización social posible. Los felices 90 han acabado: el modelo del capitalismo global está mostrando su verdadera cara en la miseria y pobreza que abundan por nuestros entornos. Hoy ha ganado Trump, como ganó el sí al Brexit hace unos meses, y como posiblemente gane el Frente Nacional en Francia. Vendrán sorpresas, de eso no tengáis ninguna duda. Es hora de retomar con seriedad el proyecto socialista que algunos enterraron con el telón de acero, y que desesperadamente tratan de demonizarlo en cada crisis del capital.
Los nuevos fascismos son signos desesperados para un cambio social. Trump es el fruto de décadas de pobreza generalizada y masiva propaganda racista. ¿Cuántos de los que se horrorizan con Trump han criticado el sistema de embrutecimiento que se estaba dando en Estado Unidos?
No está de más recordar la magnífica frase del filósofo alemán Walter Benjamín retomado por Slavoj Zizek: «El fascismo reemplaza literalmente a la revolución izquierdista: su ascenso es el fracaso de la izquierda, pero simultáneamente una prueba de que había un potencial revolucionario, una insatisfacción que la izquierda no pudo movilizar.»
Manos a la obra.