Bilbao como epicentro del arte moderno
Un espectro recorre Bilbao, el espectro del arte moderno. Mucho más allá del Museo Guggenheim, Bilbao cuenta con un talento artístico emergente que merece el impulso y el apoyo del mundo de la cultura. El arte moderno, dentro de unos parámetros conceptuales, tiene su encaje en lo estético y lo social; como expresión creativa del mundo de las ideas, de los sentimientos y las emociones; de reivindicación social e incluso de lo político.
Para el autor, cuya visión del arte coincide con la del teórico crítico Theodor Adorno y la Escuela de Frankfurt, el arte es una expresión creativa y emancipadora que trasciende todo aquello en lo que el mismísimo capitalismo nos aliena como seres humanos. Al igual que Theodor Adorno, el autor coincide en que el ámbito del arte es aquel en el que el hombre encontrará la libertad que le está negada en su vida en sociedad. Por tanto, el autor invita al lector a entender el arte como una expresión creativa plasmada y materializada que va más allá de su burda y grotesca cosificación y mercantilización por el modelo de producción capitalista. Desde este prisma, el autor argumenta que el arte no es patrimonio exclusivo de las élites ni de la clase dominante — la mayoría social jamás debería permitirlo bajo ningún concepto. El arte, en su amplio espectro, merece estar al alcance de todos, puesto que el arte no deja de ser patrimonio cultural de interés público.
El autor esgrime la pluma tal como esgrime la espada como crítica frente a la desidia cultural tanto en el ámbito social como institucional. No cabe la menor duda de que la desidia cultural y artística dice mucho de una sociedad en decadencia. Más aún cuando el valor recae en la banalidad de la cosificación y la mercantilización capitalista. Reservándose exclusivamente tan solo para unos pocos que se pueden permitir acceder a ella.
En vista de esto, el autor anima a las instituciones públicas vascas en el ámbito de la cultura a promover, patrocinar y sustentar como pilar fundamental de un sector artístico emergente cuyo valor reside en su esencia de patrimonio cultural de interés público.
Volviendo a las nuevas tendencias y talentos emergentes en el mundo del arte moderno, el autor quisiera destacar la creatividad y el talento emergente de un joven artista y escultor bilbaíno, Javi Villarroel Seoane (JVSculptures), entre tantos artistas vascos que vienen pisando fuerte, abriéndose camino en el mundo de la escultura metálica moderna soldada a mano cuyas obras son tan maravillosas como imponentes. Este joven artista bilbaíno prometedor nos decanta con una colección exquisita de obras escultóricas únicas con diseños anatómicos, abstractos, botánicos, etc. Obras escultóricas vanguardistas, cuya anomia crítica promete no dejar a los amantes del arte indiferentes.
Bilbao es, sin duda, un referente del arte moderno. El talento artístico emergente debe encontrar apoyo, además de su espacio y encaje en el ámbito cultural vasco dado que dicho talento emergente aporta un gran valor añadido a la ciudad de Bilbao como epicentro del arte moderno.