Raúl Olóriz Espinal | Iruñea

Cambio, suma y mandato popular

No voy a negar que la entrada en escena del cambio político y social en las instituciones ha supuesto más que un soplo de aire fresco en el acortijado panorama navarro. A nadie se le escapa los avances conseguidos en garantizar derechos sociales, en la defensa del modelo público, en las mejoras propias en el ámbito municipal, en la recuperación de libertades públicas y en la regeneración democrática en lo que se refiere a la participación social y la toma de decisiones.

Con un sencillo ejercicio de memoria y perspectiva podemos darnos cuenta de que aunque todavía queda muchísima tarea por hacer (y las últimas semanas se nos están revelando plenas de dificultades) el camino emprendido se aleja de la senda de la imposición y del cortijo privado de los de siempre. Y todo ello a pesar de las continuas arremetidas políticas, mediáticas, policiales y judiciales provenientes de sectores del búnker foral y a pesar de las habituales contradicciones inherentes a la gestión en común del poder institucional. Y dicho sea de paso, también es obligado reconocer que cuando uno no hace las cosas bien, toca asumir, reflexionar, aprender, cambiar de actitud y por qué no marcharse. Y esto también es un mandato de la gente.

Llegados a este punto, ante un próximo escenario de repunte de la crisis a medio plazo y el retorno de tendencias autoritarias ya conocidas, toca pensar con urgencia sobre cómo afrontar lo que se nos viene encima. La suma de voluntades de hace casi cuatro años fue rotunda y a ello nos debemos. Todos somos necesarios. Por eso creo fundamental hacer un ejercicio de reflexión y aprendizaje. Insisto, no podemos tirar por la borda el empuje, la movilización y la voz expresada por miles de personas que decidieron que era imprescindible dar un giro absoluto en lo que hasta ahora conocíamos. La participación, el diálogo, el acuerdo y la voluntad de sumar debe estar por encima de intereses particulares ajenos a dicho mandato popular. Porque la ciudadanía que apuesta por el cambio no va a entender cuál es el obstáculo tan insalvable que impide seguir avanzando por el camino emprendido.

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