No somos pocos los ciudadanos que observamos con gran perplejidad el constante tránsito de personas paseando a su animal de compañía en repetidas ocasiones a lo largo del día, siendo a veces más de una la que lo lleva a cabo. Las normas son para todos y nos gusten más o menos, debemos cumplirlas y procurar cocienciar al que nos rodea. Sabiendo de lo sensible que es el debate sobre los animales, no me parece para nada de justicia el trato que se están llevando nuestros pequeños, totalmente perjudicados durante esta pandemia y, a mi humilde parecer, con gran desagravio para con los canes. Se oye que viene una cierta flexibilidad y permisividad para poder bajarles un poco a la calle, esperemos que no sean objetivo de una especial vigilancia ni seguimiento, lo que no parecen tener los anteriormente citados. Podemos ir aguantando este temporal, jugarnos la vida en nuestros puestos de trabajo, no poder despedir a nuestros seres queridos... Pero, al menos, por una cuestión de equidad y justicia, dejen a la generación del futuro respirar en paz.