No participar en una misma manifestación convocada por los colectivos sociales, con motivo del Día Mundial contra la Pobreza el próximo 17 de octubre, es patético, inexplicable e incalificable, ya que resulta imposible encontrar un calificativo adecuado no ofensivo, y que no haga referencia a lo cateto y paleto que me parecen está situación, y que me hace reflexionar sobre la existencia de personas con conciencia de clase, que luchan «por lo que pasa», y las descafeinadas tribales que luchan «por a quien les pasa», sin darse cuenta que la pobreza es un estado injusto, sin Estado.