Enric Vivanco Fontquerni | Barcelona

Día triste

El presidente del Consejo Europeo Sr. Juncker, proveniente de Luxemburgo, un Estado de unos 600.000 habitantes, paraíso fiscal encubierto, tuvo la ocurrencia de señalar que el Brexit, decisión soberana de la ciudadanía, es para este político un día triste y una tragedia. A los ciudadanos de a pie europeos, en concreto a los que están en la Comunidad, los están hundiendo en el fango, al no existir soluciones por parte de los partidos políticos tradicionales, que favorecen el incremento de partidos financiados por los clanes más reaccionarios económicos, y a través de esta deriva tendrán un protagonismo esencial en poco tiempo, ya que han conseguido un gran éxito sin hacer nada, porque las decisiones que se están implementado durante los últimos 20 años, ha sido capitular en las políticas sociales con el espantajo de que hay decisiones más desastrosas. Poco a poco el mal humor de los votantes se está haciendo notar. Para el señor Juncker los días tristes no son las disminuciones presupuestarias en el ámbito social, ni tampoco son ninguna tragedia, todo lo contrario, es la posibilidad de recitar cifras macroeconómicas, cuyo único fin es desproteger a la mayoría de la población. Los sucesos en Francia son un aviso por parte de las personas de a pie han perdido la paciencia, y los burócratas de la Comunidad siguen con su lupa observando los presupuestos, ya que hay muchos ciudadanos que la última esperanza que les dejan es que todo reviente. Los jóvenes ignorantes de las escuelas de negocios y los periodistas afines no saben que las masas estallan cuando menos se espera, y el argumento estúpido que a partir de una renta todo el mundo pasa por el aro, es el signo inequívoco que las personas también tiene dignidad, y no piensan en las declaraciones de muchos franceses, que ven los fastos de sus dirigentes, y ellos cada vez más se reafirman en su falta de futuro.

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