Gerardo Hernández Zorroza

Dineros públicos y caridad

Ayer mismo me contaba una persona por la calle como participaba en una organización de ayuda a personas dependientes, igual que se viene haciendo, me decía, en Inglaterra y EEUU. Y es que la dependencia crece y preocupa a todos, también a nuestros políticos que, a través de un programa sociosanitario en Euskadi, pretenden encauzar organizativamente el problema.

Claro que, organizar y resolver no es lo mismo, ni es lo mismo marear la perdiz que dotar de los fondos necesarios para personal resolutivo, dígase trabajadores sociales, administrativos o de asistencia directa en domicilio.

Crece la iniciativa privada o, como en este caso, el altruismo –muy frecuentemente de corte religioso– pero no crecen las partidas económicas que una sociedad laica resolutiva exige para ello. Eso sí, nunca faltan fondos para campañas, habitualmente solo de imagen.

En los EEUU es habitual, las organizaciones religiosas soportan gran parte de la carga en asistencia social, aquella que la organización política no cubre. Pero, ¡ojo con pretender seguir aquí su ejemplo!, y dejar fundamentalmente a la iniciativa privada y a la "caridad" lo que a la organización política compete.

Una muestra de por donde van los tiros aquí la tenemos en los últimos Presupuestos Generales del Estado, donde el gasto en Servicios Sociales crece un 4,3%, el de Sanidad un 3,9%, el de Educación un 3%, mientras el gasto militar sube un 6,9% y el dedicado al paro, sin embargo, baja un 3,4%.

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