Enric Vivanco Fontquerni

El costo de la pandemia

La pandemia está generando un costo económico que repercutirá a la mayoría de la población. Un fenómeno como la erupción de un volcán, también incidirá en el bolsillo de las mayorías. La pregunta que se puede formular es: si se hubiese aplicado el principio de precaución en ambos casos, ¿los daños directos, y colaterales serían los mismos? En el segundo caso es del todo cristalino, si se hubiese hecho caso a los geólogos, los daños serían mínimos. En cuanto a la pandemia, tres cuartos de los mismo. Durante años los expertos en salud pública, y los epidemiólogos, estaban avisando que se acercaba una pandemia de abasto desconocido. ¿Cuál fue la respuesta de los gobiernos respectivos? Privatizar de forma salvaje, reducir las camas hospitalarias, y pensar que la sanidad, se podía regir con los mismos argumentos que una empresa de preservativos. Los estados en la actualidad están a la merced de los grandes conglomerados económicos. La pandemia ha facilitado la dejadez de la política en manos de los fondos de inversión. No es lo mismo parar una industria que fabrica juguetes, que reducir la producción temporalmente, de las industrias estratégicas, con el aplauso de las mismas. En todas las guerras, los que siempre salen ganando son precisamente los sectores industriales más necesarios. Como lo que está sucediendo en la actualidad, con las energéticas. Regalar sectores públicos imprescindibles para la supervivencia humana, a los piratas del negocio, el resultado lo estamos padeciendo. Todas las explicaciones que están soltando, son para los tontos que se lo quieran creer. No hay mayor negocio que pasar por una crisis, para después obligar a la población a incrementar los gastos imprescindibles, para su propia supervivencia. Continuar en la senda de facilitar las ganancias al sector privado, es ir caminando hacia la hecatombe en el que ya es prácticamente imposible rectificar a tiempo. La industrialización, representó la muerte, la enfermedad crónica, y los lisiados de millones de obreros, que se podían haber evitado, si no fuese por la maldad intrínseca del ser humano. En estos momentos estamos como siempre. La inflación, el sobrecosto indecente del gas, y de la luz, con sus derivados correspondientes, sólo beneficia a los que se están lucrando de la pandemia. Es una auténtica prebenda, que miles de millones de humanos, se tendrán que vacunar, cada seis meses, ya que este va ser el remedio milagroso, en el que se va a sustentar la vida para los próximos años, que solo va a repercutir a un sector que nos ha abocado a una sanidad carísima, y en muchos casos una auténtica tomadura de pelo. Si, la pandemia está beneficiando al sistema tocomocho, público, privado.

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