Manu Ballesteros Rodríguez

El dedo acusador, intolerable para el verdugo

Mientras se ve todos los días la masacre que está cometiendo el ejército de Israel contra la población indefensa, hambrienta y desarmada de Palestina, hay recordar con mucho cinismo y arcadas, que lo más grave no es eso, que se ha convertido en una rutina demoledora, inhumana e insoportable, sino que los es, verbalizar el deseo de «la muerte» a sus miserables asesinos para que dejen de hacerlo, desde un escenario o en las redes sociales, como grito desesperado y concienciar de la gravísima y sádica sangría del gran verdugo Israel, qué quiere hacerse pasar en su mente enferma, por la mayor víctima del genocidio que está cometiendo con total impunidad. Ya que con esos mantras desde un escenario sí que incitan al odio y muchísimo, y no la decena de miles de niños y niñas asesinados y la aniquilación de todo un pueblo, para hacerse un resort de vacaciones.

Buscar