Maite Guzmán González

El desplome de Osakidetza

Osakidetza ignora y empuja a la desesperación a pacientes con alto riesgo de suicidio, vulnerando sus derechos durante años y vendiendo después a diestro y siniestro la prevención al suicidio.

Conseguir un informe completo y, a poder ser, correcto, con tus propios datos, al que todo paciente tiene derecho en la infrasanidad pública vasca de hoy es más difícil que conseguir un salvoconducto en una guerra mundial. Condenando a la pérdida de derechos económicos y sociales a personas ya de por sí en alto riesgo de exclusión social e invisibilizando su situación y a ellas mismas. Empujándolas a la más pura desesperación ante la tesitura de perder sus derechos más básicos y, por ende, su sustento e incluso su vivienda...

Tras hacerse más que patente el escandaloso declive que vive Osakidetza, (que no por estar más silenciado tiene nada que envidiar al orquestado por ayuso en la Comunidad de Madrid.)

Con esperas de un mes para el médico de cabecera, más de siete horas para mal atender una urgencia... ambulatorios saturados hasta el extremo y personal quemado tras 24 horas de turno...

(Incluido Atención al paciente que hace mutis por el foro, y desaparece tras un par de respuestas que rozan el insulto).

Ahora también incluye el incumplimiento de derechos de forma habitual.

Claro está, que tras saltarse a la torera algo tan básico y fundamental como es el derecho a una sanidad digna para todos y todas (no solo para quien pueda pagársela) todo parece campo abonado para seguir jugando a rentabilidad con la vida de personas por lo visto...

No cabe más que preguntarse si no se han acaecido ya las primeras silenciosas muertes por diagnósticos tardíos y mal atendidos... y cuantas más estamos dispuestas a tolerar antes de salir a defender lo que tan impunemente nos están robando. ¿Cuántas más? Porque la de nuestra dignidad ya empieza a quedar lejos.

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