El no de Ada Colau a los militares
En el recientemente celebrado Salón de la Enseñanza en Barcelona, la alcaldesa Ada Colau, prohibió la entrada a dos militares que acudieron en calidad de participantes, dado que el Consistorio había tomado el acuerdo de no permitir su presencia. El escándalo de la prensa ha sido impresionante, pues sale en defensa de gente de armas por considerar que la ciencia militar también se estudia en sus academias que son quienes nos defienden de los enemigos de la patria. El rechazo tiene su lógica, pues el tipo de enseñanza que reciben en sus centros especializados se imparten métodos y técnicas para destruir y matar mediante procedimientos perversos para ganar en eficacia, pues el concepto tradicional de la enseñanza sirve para elevar los conocimientos y la cultura a fin de contribuir al progreso del género humano en todos lo sentidos, por tanto el aprendizaje de métodos para su destrucción no se podrían homologar por ser contrarios a la valoración de la vida y a la dignificación de las personas. Si, además, se profundiza en el sentido de que los recursos dedicados a fines militares son detraídos de fines sociales como la sanidad, atención a las necesidades sociales o el fomento de ciencias en beneficio de la vida humana y hacerla más feliz, entonces perecería que la sangría de recursos dedicados a la destrucción y al perfeccionamiento de técnicas destructivas, debería de ser excluida del concepto filosófico tradicional de lo que se entiende por enseñanza, lo que se convertiría en una perversión conceptual, que es lo que ha inducido al Consistorio catalán a negarles la participación. Los militares formados para destruir vidas y bienes, cuya misión es rechazada por la humanidad, ahora quieren aportar un sesgo intelectual dándole categoría de ciencia para ser aceptados por la sociedad civil con la disculpa de defenderla, aunque tantas veces ha comprobado la cruda realidad de su misión destructiva y con escasos conocimientos de ciencias humanas que, esas sí, son el germen del progreso y la paz. Como afirmaba Bertrand Russell: “Los problemas de la humanidad no se solucionarán mientras no se eliminen los ejércitos”