Parece mentira que el socialismo no haya barrido en las elecciones habida cuenta del gallinero  de la derecha española. Realmente Sánchez no podía haber encontrado una oposición más dócil e inútil si se tiene en cuenta los curriculum de los que han sido jefes del gobierno: Aznar, Rajoy y actualmente el insignificante Feijoo en Galicia que teniendo a su favor todos los astros,  siempre se cruza en su órbita un asteroide incontrolado que le lleva al fracaso.

Pero es que también en el PSOE se cultivan berzas y sus líderes componen una tropa circense. No se distinguen de los franquistas a pesar del historial del partido. Felipe tenía todo a su favor, pero creó el GAL y no cortó la corrupción, pues también él estaba afectado. Ahora que  Sanchez tiene a todo Europa a su favor, se mete a bombero en el Sahara, podría poner firmes a los jueces por la renovación del CGPJ y la UE le solucionaría los charcos en los que se ha metido como pollo sin cabeza, pero no se atreve a frenar la corrupción, pues la tiene en su casa.  

Es de políticos provincianos que caiga en minucias de corruptelas, pues ahora es su mujer la que está siendo investigada y hay  ndicios de que se confirmen. Y, aunque logre salvarla, entra en el colectivo de políticos que tienen la corrupción como signo de inteligencia y agudeza. No ha  solucionado correctamente el motín del CGPJ después de engañarle durante cinco años la banda del PP. Solo se le ocurre provocar la emergencia del país abandonando inesperadamente la presidencia porque la oposición acusa a su mujer de trafico de influencias.

Este país de 45 millones de habitantes, miembro de la OTAN y de la CE y que ha dado un golpe de fortuna a Netanyahu, reconociendo a Palestina. Lamentablemente la actual clase política española es una coalición de incompetentes corruptos que surgió de la Transición al morir Franco a los  que Sánchez les podría dar de comer de su mano si supiera gobernar y dejara su obsesión por el éxito.