Javier Quintano Ibarrondo | Elizondo

El RGH de nuestro ADN plurinacional

Mariano I «El Diferido» ¿creía que el Rey facultaba a alguien para que aceptara acudir a la investidura y que este alguien, el candidato propuesto, tras aceptar podía declinar “en diferido” su responsabilidad? Mariano I «El Diferido» ¿había pactado con el Rey trabajar con otros partidos  -comprometidos en la lucha antiterrorista, en la defensa del marco constitucional, en el límite de gastos acordado en Europa- para establecer una mayoría de consenso, pero declinar «en diferido» presentarse a la investidura si no lo alcanzaba? ¿Qué coño de figura «constitucional en diferido» era esa? En fin, ¿de qué habían no-hablado, es decir, de qué habían hablado sin entenderse ni comunicarse el Rey y él?

Mariano I «El Diferido» añadía otro sarcasmo más a esa lastimosa sarta de sarcasmos que en forma de cumplidos, alabanzas, agradecimientos, había lanzado en sus mítines y declaraciones a los personajes más corruptos de nuestra vida política, todos ellos cargos relevantes del PP. Estas grabaciones, que estaban en todas las hemerotecas, videotecas, discos duros de instituciones, empresas y particulares de esta España con «label» de pandereta formaban ya materia de estudio en las principales facultades de Políticas, de Sociología, y de Información. Comunicación. Retórica y Propaganda. Mariano I «El Diferido», ese defensa central en la destrucción de discos duros en los ordenadores de la sede del PP, obstruyendo palpablemente la actuación de la Justicia; ese delantero centro que metió el gol clasificatorio en la fase final de fraude fiscal financiando con dinero negro las reformas de la sede de Génova. Mariano I «El Diferido», casi balón de oro en el banquillo, RGH de nuestro ADN: ¡Rajoy Go Home!

Buscar