Elena Vera, Eduardo Aguirre, Zaloa Goikoetxea y otros 22 padres y madres de la haurreskola de Legutio

El verano y los bebés

Los bebés no entienden de acumulación de trabajo, ni de cotarros temporales… de momento. ¿Cómo les explicaremos a nuestros pequeños del aula de cunas que la haurreskola de Legutio prescindirá el próximo mes de julio de todas las andereños (eventuales) que los han educado durante el curso, para reemplazarlas, solo durante ese mes, por personal fijo?

Preocupados, llamamos al Partzuergo, que es quien gestiona estas haurreskolas, dependientes del Gobierno Vasco. Aducen motivos económicos, explican que tienen que ajustarse a un presupuesto anual. Pero hablamos de personas, no de máquinas… ya, dicen, pero no hay nada que hacer, son motivos económicos, y explican que tienen que recolocar a estas trabajadoras fijas que, de otra manera, «en julio estarían mirando al techo».

Nos preguntamos qué pensará un bebé de diez meses cuando el 1 de julio, al incorporarse a la haurreskola en vez de sus andereños habituales, se encuentre con unas personas desconocidas… todas de golpe… ¿Vendrán desde el Partzuergo a explicarles los motivos por llosw que sus andereños no están? Tememos que no.

Pensamos que e deben mantener todas las educadoras que conocen nuestros pequeños. Se trata de un mes de trabajo… ¿realmente no es asumible? ¿Por qué nos tenemos que conformar con una trabajadora de cuatro a media jornada?

¿Acaso no pagamos puntualmente las cuotas desde septiembre hasta julio? ¿A qué se destinan estas cuotas? ¿Para qué, entonces, realizamos una adaptación cuando el bebé comienza en el sistema? ¿Cómo se van adaptar neutros hijos a esta nueva situación? ¿O quizás es que en verano los bebés tienen menos derechos que en invierno? Un lío, vaya, un lío

 

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