Iñaki Revuelta Lertxundi | Cantante

El vuelo de los colimbos

El cine siempre ha sido un excelente medio educativo para la sociedad, de especial manera para los más pequeños. Si hay una película que recuerdo de la niñez y rica en valores humanos esa es "En el estanque dorado", protagonizada por los grandes Henry Fonda y Katharine Hepburn. Un brillante film que sabe captar de forma notable la complejidad de las relaciones humanas, la unidad familiar, el amor, los miedos, la vejez... en definitiva, la vida misma como tal. Una parte sustancial de la obra son los colimbos, tomando un papel muy relevante en el transcurso del guión. Estas aves de bello plumaje y maestras en el buceo despertaron mi curiosidad y admiración. Una de sus mayores virtudes es la capacidad de realizar largos vuelos, incluso de más de mil kilometros en un día. Con su vuelo enérgico y firme, me conducen a realizar un paralelismo entre ellas y personalidades de nuestra tierra. Existen personas que vuelan alto a lo largo de sus vidas, que apuestan siempre por cauces democráticos y diálogo para problemas políticos. Que desde una posición de izquierdas y con ilusión de construir una sociedad más justa y equitativa, arriesgan su estatus y defienden lo que piensan más oportuno y coherente para la situación del momento. En este caso enmarcaría a dos de ellas, Gemma Zabaleta y Javier Madrazo, el cual tengo el honor de tener su amistad. Hombre comprometido y espiritual, se suma a la lista de otros grandes nombres ilustres en dignidad humana como Antonio Alvarez-Solís, Alfonso Sastre y Eva Forest, Teresa Benegas y tantos otros. Muy a nuestro pesar, existen otra serie de gente que no vuela tan alto ni tan majestuosamente, gente que se asemejarían más a las gaviotas comunes. Aún con apariencia elegante y forma estilizada, estas aves se alimentan principalmente de la carroña de zonas costeras y vertederos. Sin tener que nombrar a nadie, todos sabemos quienes son, por sus declaraciones deshonestas y pueriles les conocerán. Sus trayectorias acomodadas y apoltronadas, reflejan nerviosismo e inquietud por el futuro revolucionario que tarde o temprano nos llegará.

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