Ellos hablan del lenguaje de género mientras mujeres pobres embarazadas se hunden en el estrecho cuando vienen a buscarse la vida a este país, para que algún cabrón les explote aprovechando su situación de desamparo.

Ellos hablan de energías renovables mientras los obreros deben meterse a limpiar hornos en fundiciones, enterrándose en el fondo de la pura mierda para ganarse el pan, acelerando en cada jadeo la velocidad del trayecto hasta su muerte, todos los días, todos los meses, todos los años…

Ellos hablan de convivencia mientras al joven Iñigo Cabacas le reventaron la cabeza de un pelotazo y lo mataron, a Lucian Paduraru lo torturaron en comisaría y a Beatriz Etxebarria la violó la policía nacional.

Ellos hablan de derechos y garantías pero hay jóvenes encarcelados por llevar una pancarta, e inmigrantes encerrados y más tarde deportados por el simple hecho de ser extranjeros y pobres.

Ellos hablan de esfuerzo y austeridad, pero hay jubilados que además de estar solos pasan hambre, y trabajadores que se han quedado en paro, han sido desahuciados y ahora mendigan en la calle y buscan en la basura, eso los que no se suicidaron.

Ellos hablan de que cuides tu salud, de que no fumes y hagas deporte, pero han echado de hospitales a personas gravemente enfermas por no tener tarjeta sanitaria, más tarde han muerto debido a su enfermedad no tratada.

Ellos hablan de humanidad y benevolencia, pero no permiten que un preso le dé el último adiós, el último beso, a su mujer moribunda.

Ellos hablan de paz, pero los que vinieron de Irak, se fueron a Afganistán.

Ellos hablan de libertad pero el Estado español es una cárcel de pueblos con terraza.

Ellos hablan de democracia, pero la jefatura de todo esto es hereditaria.

Ellos hablan y hablan pero, ¿Cuándo vamos a hablar nosotros?

Ellos generan el caos y el terror, pero utilizan su propaganda para asegurarnos que existe un estado de completa normalidad, ocultando el estado de guerra social permanente al que nos someten y en el que siempre vamos perdiendo los mismos.

Ellos y nosotros, ellos y nosotros, ellos y nosotros, nos convendría ir asimilando el lenguaje porque para el despertar de la conciencia hay que cambiar de conjunción: ellos O nosotros. Hay una identidad nacional que se llama dignidad, salgamos a defenderla.