Iulen Lizaso Aldalur

«Entre la caverna y el desván, la vida es sueño»

Leo en un foro «amigo» la síntesis del guión de una de las películas galardonas con los Globos de Oro por la mejor interpretación femenina, quien con toda seguridad Brie Larson, será una de las actrices nominadas al Oscar. El director del foro asegura que la película «La Habitación» (Room): combina todos los elementos para sumergir al espectador en un verdadero carrusel de emociones; un drama duro que puede provocar curiosidad, miedo, alegría, nerviosismo, alivio, ira, tristeza, ternura, angustia, risa, frustración…

De lo que comenta sobre el núcleo de la película, lo extrapolo a aquel mito de la caverna y los seres que se identificaban solo con sus sombras en las paredes, desconociendo su figura y realidad exterior: imagina que tienes cinco años. ¿Qué pasaría si un día se rompiera el hechizo y te obligaran a admitir la existencia de un mundo exterior y real? ¿Te atreverías a salir o pillarías una rabieta y te negarías a abandonar la seguridad de tu habitación (caverna), el único mundo que conoces?

Es la cuestión básica que el cineasta irlandés Lenny Abrahamson plantea en la película; no referida a quienes no se reconocían y desconocían el exterior de la caverna en la alegoría de Platón, sino al pequeño Jack, que en lugar de sombras en la pared, son imágenes –exclusivas desde que nació– en la pantalla de un televisor sobre lo que no es el mundo real.

En la medida que sube la luz también en el «desván» irán alumbrando la próxima: «El espejo». ¿Qué pasaría si un día se rompiera el hechizo de ver la desnudez del cuerpo («puente» de tránsito) en el espejo de tu habitación y del ego culturista e intelectual en el «espejo» de tu mente, y llegaras a sentir la existencia de un mundo interior y real, en el que, ahí sí, la vida no es sueño? ¿Y terminado el tránsito, ya fuera del «puente» tampoco?

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