Francisco Nicolau Expósito | Enfermero y delegado de ESK

Es necesario fortalecer la atención primaria

El señor Darpon aseguró el 11 de mayo, víspera del Día Internacional de la Enfermería, que estos profesionales forman parte fundamental de nuestro sistema sanitario, y que son piezas claves ante los retos de cronicidad, envejecimiento y dependencia.

No podemos estar más de acuerdo, y no solo eso, si no que somos conscientes de que, para afrontar esos retos, es imprescindible un fortalecimiento de nuestra atención primaria, y ahí las políticas que impone su departamento brillan por su ausencia.

Nos encontramos con políticas que cada vez más se centran en la medicalización de la vida; que se centran en crear macrocentros megaespecializados donde la cercanía es inexistente; políticas que centran su inversión en mayores y más caros aparatos, relegando los planes de atención primaria al olvido.

El personal de enfermería está plenamente capacitado para aplicar cuidados que integran una valoración integral de las personas, cosa que el sistema sanitario les impide llevar a cabo, ¿qué herramientas les ofrece Osakidetza para atender las necesidades psicológicas y sociales de la población a la que atienden? ¿En qué servicio de los que oferta Osakidetza se actúa sobre los determinantes de salud?

No dudamos de los beneficios que conllevan a la ciudadanía la adquisición de nuevos roles por parte del personal de enfermería (enfermeras de enlace, coordinadoras de programas), pero tal vez hay que recordarle al señor consejero, que la Declaración de Alma Ata de 1978 define la atención primaria como la asistencia sanitaria basada en métodos y tecnologías sencillas, científicamente fundamentadas y socialmente aceptables, que estén al alcance de los individuos, familias y comunidad; a un coste aceptable por la comunidad y el país para que pueda cubrir cada una de las etapas del desarrollo; y esto conlleva una mayor inversión en profesionales de medicina y enfermería en los centros de salud, posibilitando su formación, dotando de acceso a métodos diagnósticos y terapéuticos adecuados, fomentado la cercanía y accesibilidad en los cuidados; en resumen, un giro radical en las políticas que usted aplica para poner en el centro vidas que merezcan ser vividas.

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