Patricia Vélez | Etxerat

Etxean eta bizirik nahi ditugu!

Desde que el pasado 3 de mayo ETA anunciara su desmovilización no se ha hecho esperar la reiterada posición inmovilista del Gobierno español, su enésimo quiebro para evitar recorrer el camino que aún queda hacia la paz verdadera.

Este último viernes de mes, en el que nos volvemos a poner en camino para recorrer, obligados una vez más, cientos o miles de kilómetros, nos disponemos a consumir largas horas de desplazamientos y a sufrir esperas y muchos riesgos, queremos recordar que los familiares y allegados de los presos vascos seguimos sin poder dejar atrás el sufrimiento para hablar, de una vez por todas, en presente y futuro. Cualquier fin de semana, empezando por este próximo, como desde hace 30 años, podemos sufrir un siniestro y convertirnos en nuevas víctimas.

Tras la desmovilización de ETA, que saludamos, han desaparecido todas las excusas, y si bien es cierto que el proceso de paz y resolución que aún resta por afrontar debe dar respuesta adecuada a todas las consecuencias del conflicto y, en ese contexto, el de los presos y exiliados es uno de nudos que queda por deshacer, inexcusablemente, el nuevo tiempo abierto debe servir para acabar con premura con las conculcaciones de derechos que mantienen los estados, sin contrapartida alguna.

Hablamos, una vez más, del final del alejamiento; la libertad inmediata para los presos con enfermedades graves; y también requerimos la adecuación de la política penitenciaria a la nueva realidad, abandonando definitivamente la excepcionalidad de medidas como computo de penas o el bloqueo de la progresión de grado, una reflexión que comparte la sociedad vasca y la mayoría política, sindical y social de la CAV y de Navarra y sus instituciones representativas.

Ellos no tienen prisa porque comercian con el sufrimiento. El Gobierno español vende un espacio para el odio y la venganza que resulta inasumible ya que, más allá de mantener a los presos como rehenes, continúan provocando sufrimiento a miles de familiares y allegados, susceptibles además de convertirnos en nuevas víctimas.

Apelamos pues a la voluntad de la sociedad, para que continúe haciendo frente al inmovilismo del Gobierno español. Nosotras sí tenemos prisa y seguimos llenando nuestras mochilas de la solidaridad y compromiso para afrontar el arduo trabajo que todavía nos espera.

Etxean eta bizirik nahi ditugu!

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