El Eurogrupo ha dicho basta y acusa a España, Portugal e Italia de no haber hecho los deberes. «Alemania no está por facilitar la labor, (para el proyecto alemán) lo peor es ese descontrol continuo, que obliga a saltarse las reglas». Hoy se podría añadir que lo que vale para Italia sirve para España (y Portugal). No para ayudar a la banca, que esta parece una prueba superada en nuestro país, sino para censurar al Gobierno español por no cumplir el objetivo de déficit, pues cerró el 2015 con el 5% y había pactado el 4,2%. Lo curioso es que no cumplió en ninguno de los años anteriores de Rajoy.

A Alemania le ha importado poco que Renzi tenga un referéndum constitucional en octubre que puede forzar su dimisión. Como igualmente «le importa un bledo» que esta sanción debilite la posición de Mariano Rajoy cuando está intentando pactar su investidura. Merkel y su equipo no están por los atajos de la política, sino por el camino recto de la economía. La UE vive un momento clave de su historia, pero Alemania sólo admite un relato... que es el suyo, y que es quien impone las reglas.

De Guindos «el optimista» asegura que alegarán, pero que en cualquier caso la sanción será cero. Tenía un amigo que decía «de los alemanes se puede esperar lo peor... desde el momento que van a dar las gracias dicen tanque».