Javier Orcajada del Castillo, Bilbo

Javier Pérez Royo y la justicia española

El catedrático de Derecho Internacional de la Universidad de Sevilla en una extensa entrevista hace un análisis de la justicia española que debería ser de obligada lectura para los jueces del «procés» Marchena y Llarena a los que, según Royo, sacaría los colores. He aquí una síntesis «Es consciente de la escandalosa serie de arbitrariedades». «La renovación reciente del TC ha desbaratado la posibilidad de dar un golpe de estado judicial, pues existía riesgo de que se tomara alguna resolución que forzara a la disolución de las Cortes y la convocatoria de elecciones anticipadas». «El incumplimiento de la renovación del CGPJ es gravísimo, pues no admite prórrogas y llevamos cuatro años pendientes». «Los jueces están dispuestos a rebelarse contra el gobierno democráticamente constituido». Sobre la ley del «solo sí es sí» «es una ley magnífica para garantizar la libertad sexual de las mujeres». Un cambio tan importante requiere ajustes que «tampoco han sido tantos que se irán agotando y en un mes esto se acabó» Respecto del machismo «existe en la justicia». Pero que un juez sea machista es mucho más grave, pues individualmente es un poder del Estado. En cuanto a la corrupción judicial «en Europa estamos a la cola». Ejemplos brutales como el «caso Kitchen» con el Ministerio del Interior y los fondos reservados. Considera «una barbaridad» que las juntas de tratamiento estén avalando terceros grados a presos vascos y tribunales a 400 kilómetros estén revocándolos. Sobre el caso Bateragune considera que «el juicio no se puede repetir, pues la revisión ya se ha producido por parte del Tribunal Supremo y no se pueden imponer penas que ya se han cumplido». Ahora tratan de no aparezca que el Tribunal Supremo ha dictado una sentencia injusta de manera firme. En cuanto a la derogación del delito de sedición y la rebaja del de malversación, considera que «el Tribunal Supremo no hace interpretación, sino que es una rebelión contra las Cortes Generales». Respecto a si Puigdemont será devuelto a España, su opinión es que no, pues cree que la justicia belga no dará la razón a Llarena. Espera que el TJUE «puede acabar dictando una sentencia que saque los colores al Tribunal Supremo español». Las leyes deben promover la justicia y no venganza.

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