Volveremos a escuchar este 8M la machacona matraca de las mentes más embrutecidas y tóxicas de la sociedad (que cada vez son menos) poniendo en cuestión por qué en las manifestaciones hay una presencia destacada y preferente de la mujer. Lo evidente, por su mucha malicia y perversión, no lo quieren entender, que es para reivindicar el feminismo, la igualdad entre las personas, y que debido la primacía indiscutible del hombre, su presencia tiene que ser prioritaria en las manifestaciones.

Es cierto que el feminismo no está en los genitales, sino en la mentalidad, pero nadie entendería que una manifestación de los pensionistas o estudiantes no estuviera encabezada por los convocantes y en un segundo plano fuera todo el mundo que quisiera apoyarles, o que en una protesta de bomberos o médicos, no aparecieran en primer plano los uniformes de bomberos o las batas blancas del personal sanitario.