Iñigo Jaca Arrizabalaga, Urretxu

La descentralización centralizadora

La consejera Sagardui ha centralizado toda la cirugía oncológica de mama en el Hospital Universitario Donostia. El único argumento utilizado en el Parlamento, según pudimos leer en los medios, era el de la bondad de la centralización per se, nada dijo de cuáles eran sus ventajas ni de lo que venía resolver. En este sistema sanitario público vasco, en el que paradójicamente ni los pacientes ni usuarios pintamos nada, así actúan.

A mí no me parece mal que haya dos servicios compitiendo dentro del sistema público, siempre que ello no suponga un incremento ineficiente de recursos. La sana competencia con estas premisas pienso que puede ser un buen aliciente para la mejora de ambos. Conocí en 1990 el funcionamiento del sistema sanitario soviético, paradigma de la centralización, y sus deplorables efectos sobre la atención de la población, la docencia, la investigación...

Los ciudadanos sí sabemos interpretar algunos datos, pero en este sistema funcionarial nos tratan como si fuéramos unos ignorantes que de nada entendemos. Los datos a los que me refiero son el del número de días que transcurren entre el cribado o el primer síntoma y el diagnóstico, o el de los días que transcurren entre el diagnóstico y el tratamiento. Son datos del tiempo transcurrido, que pueden afectar a los resultados y a la ansiedad que las esperas al tratamiento producen en estas pacientes.

Onkologikoa sí disponía de estos datos y hubiera sido importante que la consejera los hubiera contrastado con los que suponemos que tenían en el HUD. Igualmente hubiera sido prudente que se hubieran analizado los datos de resultados del HUD y Onkologikoa. El tiempo dirá si ha sido prudente esta medida, pues la centralización en ese hospital público, en el que muchos de sus especialistas no tienen la dedicación exclusiva, siempre puede abrir la puerta a los conflictos de intereses.

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