Aritz Arrieta Obeso

La pandemia oligofrénica

Últimamente me asombran, en el sentido que me oscurecen el humor, una serie cartas de opinión que aparecen en este diario y el NAIZ.

Más que lo que dice (porque son ideas que se oyen a veces en la barra del bar o cualquier otro sitio) por el escaso argumentario. Pero supongo que es lo que hay en estos tiempos del Twitter, etc., en los que una idea se desarrolla y se argumenta una opinión en dos frases como mucho. Así es: en estos tiempos en los que lo artificial es cada vez más inteligente, los orgánicos, nosotros los de la raza del mono autodenominados sapiens, padecemos de una enfermedad cada vez más extendida que se llama oligofrenia. Es decir, pensamiento corto.

Me refiero a una serie de artículos-tweet que, desde un postureo pseudoanarco de postal mete en el mismo saco a los abertzales y a los nacionalistas españoles o franceses. Claro que él no es nacionalista porque él es guay. Eso sí, escribe solo en español y seguro que se subiría por las paredes si, por ejemplo, fuese al ayuntamiento y le atendiesen solo en euskara, o sus hijos no tuviesen la oportunidad de estudiar en su idioma.

Pienso que hay que diferenciar el nacionalismo imperialista, colonialista y depredador de los estados que, durante siglos, han enviado al matadero a los jóvenes para defender los intereses de una oligarquía burguesa con el cuento de la patria y la bandera a la mayor gloria de Dios, de la lucha de los pueblos y las naciones que plantan cara a esos estados por defender su libertad, su cultura, su idioma y sus tierras comunales como ha hecho y sigue haciendo el pueblo vasco, por ejemplo.

Un pueblo o nación que ha sido libertario antes de que el anarquismo fuese definido como ideología en el siglo XIX, que se ha mantenido en pie ante los estados imperialistas como el español y el francés durante siglos, estados que, esos sí, nos han puesto fronteras y nos han dividido.

Además, los euskaldunes han sido y son también internacionalistas y solidarios con otros pueblos, incluso el español y el francés, pero sin perder la identidad propia.

Un poco de respeto por toda la gente que ha luchado y lucha por Euskal Herria y un poco de respeto por ti mismo antes de abrir la boca. No me compares a la resistencia con los nazis.

Salud y anarquía en Euskal Herria.

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