Javier Orcajada del Castillo | Bilbo

«La verdad os hara libres»

Esta cita bíblica aplicada al caso Cabacas Lizeranzu debería ser analizada para sugerir a los responsables políticos en general y a los mandos de la Ertzantza en especial, una salida justa del túnel tenebroso para ocultar las consecuencias de un despropósito que ha terminado en la muerte violenta de un ciudadano que sólo celebraba el éxito de su equipo. El desarrollo del operativo policial fue un cúmulo de errores e incompetencias que se sazonó con la actitud indigna de los mandos y de los sindicatos policiales que se han ocupado exclusívamente de salvar sus propias responsabilidades descargándola en los inútiles agentes que en lugar de pensar disparan. Es de resaltar las argucias y torpeza de los mandos y su poca consistencia. También es de resaltar la desidia de la fiscalía. Estaba claro que los equipos de la ertzaintza que actuaban para encubrir responsabilidades no eran muy versados ni esperaban que la ciudadanía y los gurasoak de Iñigo reaccionaran con tanta perseverancia y agudeza perfectamente orientados por sus asesores. Reiterar la falta de coraje de los mandos que han huido para salvar el pellejo dejando a los ejecutores a la intemperie, ocultando errores y falseando la realidad. Una vez más la tropa peca de abuso de la fuerza cometiendo errores de bulto y que al intentar ocultarlos se convierten en la línea argumental para la defensa. Las fuerzas policiales se equivocan al actuar con agresividad desmedida, pues la seguridad no es violencia ciega, es producto de la reflexión y diálogo y si se cometen errores , no temer la verdad, pues, tal como afirma el título; lo que procede es reconocerlo, disculparse y depurar responsabilidades de los causantes, pues como mínimo se debería preservar la dignidad de un ser humano víctima de muerte violenta y en condiciones poco claras, al que se ha vilipendiado. La Consejera debería disculparse para devolver la paz perturbada por los excesos de la Ertzaintza.

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