Enric Vivanco Fontquerni, Barcelona

La virtud de la sostenibilidad

Naturalmente el lenguaje, político, social, cultural, el que traspira por los medios de comunicación, son de un ridículo insufrible, aparte de engañoso que en según qué casos resulta cómico. Me llega por Gmail, como socio de FC Barcelona, un informe sobre la renovación del carnet. El desiderátum empieza y voy traduciendo: en primer lugar, con el fin de ser coherentes con las acciones, iniciativas, y políticas orientadas a la sostenibilidad, el Carnet de socio será exclusivamente digital. Este párrafo, lo aplaudiría con entusiasmo el alcalde de Girona, de la CUP, ya que la pista de hielo de este año, la sostenibilidad consiste en un menor grosor de hielo en la pista. Definitivo. Más adelante, el que ha ideado esta cosa, no se corta un pelo: hay que recordar que la sostenibilidad es uno de los tres pilares del Plan Estratégico 2021-2026, y de acuerdo con este planteamiento el Barça, trabaja para promover un desarrollo sostenible en todos los ámbitos de actuación. Toda esta prosopopeya de baratija que sigue el léxico de la moda, es toda una fantasía. Es un escarnio y me siento ofendido con todo este recordatorio infame. Solo hay que pensar la huella ecológica que toda esta gente realiza, con unos sueldos, traspasos, y demás zarandajas indecentes, e insostenibles, en una sociedad con un mínimo de ética y de vergüenza. Esta colección de coches que tienen, sus aviones privados, sus desplazamientos constantes, e inútiles, la utilización de yates, como hace el presidente, cultivando su barriga, restaurantes a toda máquina, en fin la sostenibilidad de sus actuaciones son despreciables, y sin la menor vergüenza. Los obreros que están remodelando el estadio, están trabajando en unas condiciones de esclavitud, 56 horas, semanales por algo más de 1.000 euros al mes, y el costo de una vivienda su acceso les es imposible para ellos, ya que no se les considera virtuosos turistas, sino esclavos de la sostenibilidad. Como las directivas suelen ser empresarios, su mentalidad se acopla a la perfección con la explotación indecente y sostenible a lo largo de su vida empresarial. Yo no sé cómo tienen la inmensa cara de enviar al socio semejante indignidad, pero un servidor intento pensar un mínimo. Naturalmente que en la inauguración del estadio todo este sufrimiento quedará olvidado, ya que los que piensan por medio de la pelota en todas sus dimensiones, son unos perfectos amnistiados de la inteligencia.

Al lector desconocido le deseo un buen Año Nuevo, que seguro que será de lo más insostenible.

Atentamente.

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