Lo único que temen los representantes del Reino de España, es la independencia de la última colonia que les queda, que son: Los Països Catalans. Lo sucedido previamente en el País Valencià, para que no quede ninguna duda, consiste en destrozar la cultura catalano-parlante, con eufemismos inventándose nuevas lenguas, como el paraguayo. Barcelona es una ciudad simbólica que el lugar que le corresponde es ser el Poulidor del Tour de França. Por esto dispone de la soga del maldito tren hacia la metrópoli, cuando los trenes que necesita la población están en situación de quiebra absoluta.  La navajera del cosmopolitismo, custodia de las urnas para que el 1-0, no se pudiese votar, se colocó el pin de la bandera republicana, en la solapa que es la consigna que desde Madrid, lo quieren es hundir la libertad del Principat. Ahora se entiende a la perfección el voto del corrupto Valls, a Colau. Esta operación sin el consentimiento de ambas cancillerías hubiese sido imposible. Se fraguó entre París y Madrid, lo que queda por saber es quién tuvo la primera idea para defenestrar al ganador Maragall. Lo que sí conocemos es que se llenó los bolsillos con casamiento incluido, y posteriormente el premio de los pisos turísticos. Lo sucedido ayer es el compendio de una política corrupta y sanguinaria, en contra del independentismo, que forma parte este conglomerado de la progresía, ladronas de sillas, hacia sus propias camaradas. Es la peor especie de la politiquería inimaginable. Por esto el aumento de más del 5%, respecto a las anteriores elecciones de abstención. Que no se piensen que la población es tonta.  De todas formas, la principal culpa que desde Madrid, puedan urdir con las colaboracionistas semejantes legalidades de un sistema político franquista. Por supuesto que todos estos movimientos son legales, de esto no hay la menor duda, son tan legales como que los ganadores de las guerras se siguen cobrándose la victoria a pesar de haber sido los perdedores. Esto se llama: traición. La política de olvido de la independencia, cuando es el mayor grupo de la población en el Principat, y la colaboración de ER, a Madrid, el premio ha sido navajear el pacto con Trías. En hora buena al monseñor Junqueras, otra victoria más. De todas formas, el camino se ha iniciado en Girona, que no tengan la menor duda que las masas independentistas en cada elección aprenden la lección.

Atentamente,