Se tiene que dejar de sentir complejo por no ser rico, ni poder serlo nunca, y comportarnos como personas normales con sueños muy difíciles de conseguir, pero siendo consciente de que son tal, y si los logras hacer realidad algún día, pues mejor, pero siendo consciente del presente que te rodea, y no primar con nuestras opciones políticas a la minoría residual envidiada que nunca seremos, y preocuparnos más por lo tangible, de primera necesidad, inmediato y mayoritario.

Pareciese que esas personas inseguras que votan pensando en lo que les gustaría ser, lo hicieran para quitarse el gafe que se creen tener supersticiosamente, con la intención de eliminar su pretendido mal fario, imitando aptitudes del colectivo más privilegiado e insolidario de la sociedad.