Juan A. Alduncin

Luces agresivas

¿Por qué de noche hemos de aguantar luces agresivas en rótulos de farmacia, semáforos, ambulancias, paneles publicitarios de LED, y tantas más? Son dispositivos ideados para verse bien de día. Pero quien los diseñó, o instaló, no ha previsto las condiciones nocturnas, así que de noche dan 10 veces más luz de la conveniente. Son ejemplos de un mal hábito generalizado: colocar elementos luminosos de noche al aire libre por cualquier parte, sin medida, sin control. Despreocupándose de si su luz invade espacios ajenos (incluso a kilómetros de distancia), si se encienden más tiempo del que hace falta, o si no bastaría con una potencia mucho menor. De tantas luces superfluas surge la fuerte, persistente contaminación lumínica con que estamos degenerando el medio ambiente nocturno. Esto es destruir sin sentido la oscuridad natural, convertir la noche en un sucedáneo del día: ya hemos llegado a perder de vista la mayoría de los astros en nuestro cielo, y también perturbamos el hábitat de innumerables especies vivientes. Y aún peor (cosa que mucha gente todavía no sabe), con la contaminación lumínica atacamos la salud humana, ponemos en riesgo la regulación día/noche del cuerpo, aceleramos nuestro envejecimiento y facilitamos la llegada de enfermedades degenerativas. Desarreglos hormonales. Cáncer.

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